c u a t r o

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Prácticamente cuarenta minutos copiando un dictado, literalmente cada segundo de ellos perdido en lo que me acababa de pasar. Era surrealista, era desafortunado y misterioso, la persona que se había decidido en perseguirme se encontraba por allí, en algún lugar, y saber quién era para ponerla en su lugar, era el enigma más grande que me habían formulado en un buen de tiempo. Sentía una ligera presión e inquietud por finalizar la clase, no tuvimos ni un respiro de parte de nuestro superior como para poder hablarlo con mis amigos. Intentar concentrarme en los temas que anotaba en mi garabateado cuaderno de química, no servía de mucho si bien sabía que no me importaba de la misma manera.

Repetidas veces precisé corrector para cubrir los errores, tenía la suerte de escribir rápido y aún tomándome mi tiempo no me quedaba atrás. Siempre tuve esa agilidad para las capacidades veloces, y venía como anillo al dedo, pues así no tenía que aguantarme mi timidez para consultar qué había dicho el maestro. Aún así, en este corto tiempo, supe que debía volver a ver a Yoongi, sin importar que estuviera desobedeciendo la carta. Debía ver si sabía algo al respecto, no me venía nadie más a la cabeza para que fuera aquel "chico" aparte de él. Si no se me estaba escapando algo, fue el único masculino nuevo con quien había interactuado estos días.

No sabía si hoy, o cuándo, pero tenía que ir al bar a interrogarlo. Sonaba como el juego de policías y ladrones, sólo que actuaban de detectives.

* * *

— Y... así quedaron. — Abriendo mi casillero, enseñando mis cosas estropeadas.

— Wow, ¿qué? ¡Está loca!

— Dios mío, qué rabieta.

— No sabemos si es una chica. Me costó procesarlo, estoy acostumbrado a que quieran molestarme, pero siempre lo hacían de forma torpe, esto es algo más ingenioso, y, aterra preguntarse cómo demonios logró desbloquearlo.

— Exacto. Sin palabras. Pobre de tí.

— Así que crees que haya sido la rositas. — Taehyung, apodando por aspectos físicos desde tiempos inmemorables.

— Sí, bueno, es lo más obvio.

— Cuando nos hablaste del chico en la casa de Nam, no imaginamos que quedarías tan involucrado. Si hubiera sabido te hubiera detenido. — Soltó, agobiado Jungkook.

— No podíamos saberlo. — Suspiré, bajando la vista al suelo. — Iré a hablar con él, aún no sé cuando, pero...

— ¿Seguro? ¿No será mejor sólo alejarte para no provocarla?

Pensé, era lo que quería, sin embargo mi curiosidad y característico instinto de enfrentar al problema se hacía notar. Le pediría su número a Yoongi, así no me movería de aquí para allá y arriesgarme a que nos vean cuando necesitara actualizarlo de las novedades.

— Tal vez, pero quiero ir. — Rascando mi hombro sin comezón enrealidad, como puro gesto.

— Bueno. — Silencio. — Él parece un buen tipo.

Un buen tipo.

"Vine porque te vi muy solo, y no pareces alguien que merezca sufrir en silencio."

Sus palabras habían quedado grabadas en mi mente, junto a su voz cansada, comunicándose casi en susurro naturalmente. Sus ojos, semicerrados, transmitiéndome con la mirada que llevaba una cicatriz igual a la herida que me sangraba por los ojos, metafóricamente hablando. No sólo parecía rudo, lo era, pero sentí en sus ojos que se sentía vulnerable como yo.

All in my life are you ›› YoonMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora