Terminé de poner todo lo necesario para el día de hoy en mi mochila, la cerré y la dejé colgando de mi mano para encaminarme hacia el garage, donde el Señor Wang me esperaba. Le dije adiós a mis padres antes de salir y subí a la camioneta, negra y brillante.
- Buenos días.
- Buenos días, Park.
Acomodándome en el asiento trasero. - Sabe que puede llamarme por mi nombre, no hay problema con eso.
Rió ligeramente el simpático chofer de treintaiun años, que era el encargado de llevarme al colegio todos los días y de vez en cuando alcanzar a mi familia a otros lados. Insistí a papá en que puedo manejarme solo, moviéndome en autobús, pero sigue con la idea de que hay que dar una buena imagen a la prensa. Me cansa este papel, a veces, pero al menos mi chofer era agradable. Podía contarle sobre mis preocupaciones académicas y demás, mientras me oía y trataba de aconsejar, aunque no era muy bueno. Tampoco hablaba mucho sobre él mismo, y no he intentado preguntarle. No sabía con exactitud hace cuánto había llegado a la casa, pero no hacía mucho tiempo. Un mes quizá. - Está bien Jimin, de ahora en adelante.
Mientras nos dirigíamos al instituto, quedé pensando en lo de anoche, precisamente, en Yoongi. Había sido un buen amigo durante los minutos que compartimos, se portó bien para su pinta de "Me tocas y eres hombre muerto". Me daba un poco de lástima pensar que podía ser la última vez que lo viera. Cuando me calmé y dejé de llorar, me levanté con intención de irme a casa, debía descansar para rendir en clases hoy. Todo perfecto, nos despedimos y me fui, él regresó a trabajar, resultó ser barman en el bar que había visto. Pero, desde lejos pude oír la voz de una mujer enojada, diciéndole algo que no pude entender a la perfección. No la había visto y sin embargo, me parecía conocida. Sólo que aún no logro tener ningún nombre en mente, y sentía que lo tenía en la punta de la lengua desde ayer.
No era de mi incumbencia en ningún porcentaje, pero no pudo evitar preocuparme un poco por él, y seguramente me estaba ahogando en un vaso de agua, como siempre, por pensar demasiado. Esperaba no haberle retrasado a cumplir su horario.
- Niño, estás en las nubes.
Y me hizo caer a la Tierra, algo desorientado. Vi por la ventana que ya estabamos a un par de cuadras de nuestro destino.
- Oh, sí... no es nada.
- ¿Seguro? No sueles estar así, puedes contarme. - Hechándome una mirada por el retrovisor.
- Sí, seguro. Gracias, no tienes que preocuparte.
- Insisto.
Me sentí un poco presionado por el Señor Wang. - No, sólo estoy algo cansado. - Hubo un breve silencio.
- Bueno, disculpa. - Suspiré en silencio, sin querer que pensara que me molestó. Enseguida llegamos, guardé en el bolsillo del pantalón mi teléfono, con el que me estretenía mientras tanto. Abrí la puerta y puse un pie afuera. - Ten una buena jordana.
- Gracias, Daehyun. - Le dediqué una pequeña sonrisa, y al mirarle de reojo volví a ver el colgante que llevaba siempre en el coche: un zapato de bebé tejido a lana, como decoración que algunos ponían en sus vehículos. Llevaba con la curiosidad bastante tiempo, y esa vez me salió impulsivamente, sin pensar. - Una pregunta, por ese calzadito. - Lo señalé y giró para verlo, después volvió a mí. - ¿Tienes un hijo?
Sorprendido, relajó su cara. Negando con la cabeza. - No.
- ¿Quieres tener uno?
Pensó. - Me gustaría, tal vez. Pero no creo que se pueda en verdad. - Se detuvo, dejé que continuara, curioso. - Tendría que buscar otra fuente de ingresos, pero me gusta lo que hago ahora, no como para renunciar.
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All in my life are you ›› YoonMin.
FanficJimin sentía que estaba perdiéndose sin haber conocido el camino, hasta que Yoongi llegó a gritarle con la mirada que desde aquella noche, su único destino sería él. ﹫ homosexual, 100% hecha en base a mi imaginación. te agradecería mucho que le des...