Corro lo más rápido que mis frágiles pies me lo permiten, las enfermeras refutan a ver el frenesí que destilan mis torpes pies, pero necesito verlo.
KunHang viene tras de mí, le veo agitado y con el rostro pálido, lleno de preocupación, aunque no entiendo porqué es precisamente... ¿Será por mí?
Abro la puerta, la señora Wong está de espaldas pero incluso a la distancia a la que estoy puedo advertir que sus flacuchos dedos peinan el cabello de Yukhei, su padre parece no estar pues no lo veo por ningún lado.
Estoy nerviosa, mi respiración es irregular y el corazón late con fuerza dentro de mi pecho, hago en mi cabeza la alusión de que en cualquier momento podría salirse; mis pasos son titubeantes, las piernas flaquean y las manos se llenan de sudor... Temo que solo sea un sueño y que al despertar me encuentre con el amor de mi vida aún tendido y si conciencia aparente sobre una camilla de hospital.
Logró acercarme lo suficiente y nuestras miradas se encuentran.
El líquido salino brota sin permiso de mis ojos, me importa poco quienes estén ahí, yo solo me acerco a él y lo abrazo, me aferro nuevamente a esa estrepitosa calidez, me dejó llevar por la emoción, el dolor, la alegría... Tantos sentimientos y yo solo puedo llorar como una niña pequeña, pero ¿Podría alguien culparme?Los últimos dos meses la pasé preocupada, hace treinta días me enteré que estaba embarazada, tuve que vender cosas para poder mantener a Yukhei bajo mi propia cuenta - aunque KunHang se ofreció un millar de veces en ayudarme, soy obstinada y en cada una de ellas me negué, por orgullo supongo. -.
— Ey, estás... aquí.
Le escuchó hablar con esa melódica voz llena de dulzura, aunque denoto debilidad en ella.
El nudo en mi garganta es enorme que no puedo siquiera moverme, solo escondo mi rostro.
— Hueles a detergente, Han.
Su tono se torna algo burlón y recuerdo que nisiquiera me tomé la molestia de cambiar mis prendas de vestir. Así es, estoy abrazando al hijo mayor de una importante familia china, en pans con manchas de blanqueador por doquier, una blusa blanca holgada y el cabello recogido con una pinza de ropa. Lo único decente era mi calzado.
— ¿No me vas a decir nada? ¿Te comió la lengua el ratón?
Trata de alejarme y aunque lo evito a toda costa al final su fuerza me gana.
— Yukhei...
— Aún así eres tan hermosa.En un arranque beso sus suaves labios, no dura mucho, pues su madre hace el ademán de aclarar su garganta. Tampoco era mi intención hacerla sentir incómoda.
— MeiLing deberías dejar que KunHang lo abrace también, lo extrañó tanto como tú. ¿Me permites unos minutos?
Frunzo el ceño, incluso él luce confundido con la repentina petición de su madre, pero accedo.
Salimos del cuarto, el llanto que supongo aguantó por todo ese tiempo se desborda. Quiero pensar que se trata de felicidad.
— Tengo los papeles.
El señor Wong hace su esperada aparición con una carpeta repleta de papeles. Se percata de mi presencia y me saluda de manera cordial, yo me inclino en señal de respeto.
— ¿Que pasa? ¿De que quería hablar conmigo? ¿Que son esos papeles?
— Una pregunta a la vez, chiquilla.La mujer elegante refuta y se le olvida que segundos atrás estuvo llorando frente a esta "chiquilla".
— Nos llevaremos a Yukhei a otro hospital, él merece la mejor atención y no está a discusión.
— No pueden hacer esto, él está bien a...
— No, no lo está, míralo por ti misma.
Arrebata la carpeta vanila de las manos de su esposo, el señor Wong solo me indica que lea los papeles allí adentro.
» paciente piso 4, cuarto 35, Wong Yukhei, quién presenta múltiples lesiones cerebrales cuenta con la autorización del hospital regional de Pekín, para ser trasladado vía helicóptero a hospital particular y de cabecera de la familia Wong, esto para garantizar el progreso o en su defecto, retroceso en la condición cerebral del paciente.
Sin pago pendiente o análisis que retengan su estadía, el supervisor y jefe de piso, declinan a seguir otorgándole servicio médico, pues no se cuenta con el equipo necesario y complementario para resolver la condición - ahora crónica - del paciente.
Se espera su pronta mejora. «— No entiendo... ¿Que clase de estudios necesita?
— No se trata de estudios, MeiLing, se trata de él...
— Sea más claro por favor.
— Una tercera parte de su cerebro fue dañada con severidad, su neurotransmisores y neuronas ya no funcionan con normalidad... Él es candidato a tener amnesia anterógrada y a la larga, se olvidará de ti...Y si las ilusiones de que las cosas podrían mejorar se habían disparado cuando lo vi en camilla con ese par de ojos hermosos mirándome, ahora se vinieron abajo.
El corazón se me hizo añicos.
Pienso haber transmitido la tristeza y dolor al pequeño dentro de mi, pues el vientre duele, duele mucho, pero me limito a ignorar el malestar y mantenerme firme, tratando de procesar, qué, el futuro ya no sería más un Yukhei y yo.
ESTÁS LEYENDO
« Put It Straight »
Любовные романы"Era feliz, absolutamente feliz... Pero en un abrir y cerrar de ojos todo aquello se desmoronó. Un accidente fue el que cambio mi vida y aunque lo sigo amando, sé que nuestra historia no tiene un final feliz".