Necesito estar solo

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Napoleón llegó a su casa donde pensaba las cosas algo confundido pero asqueado con la sociedad, aprovechando su soledad en casa se miró al espejo mientras se insultaba a sí mismo.

Napoleón: Quién demonios se supone que soy? Por qué en todo lugar que piso me va mal? Acaso soy yo? Pues claro, nadie quiere estar con un niño en un mundo de adolescentes estúpidos que solo piensan en amoríos, drogas y la moda, yo nunca puedo encajar en ningún lado! -se dijo así mismo.

Él por la furia rompió el espejo con un solo golpe mientras al ver la sangre de sus nudillos comenzó a llorar del dolor pero de furia al mismo tiempo.

Napoleón: Ya estoy harto de todos! Estar en soledad es lo mejor para mí.

Se colocó una capucha negra por encima de sus atuendos habituales, que era un pantalón blanco, una camiseta blanca junto con un saco azul con detalles rojos, esa capucha cubriría hasta su espalda baja y su cabeza.

Napoleón: En todos lados se burlan de mí, yo solo me quiero llevar bien con todos.

Él salió dejando el espejo roto en el suelo caminó con la capucha puesta mientras aguantaba el dolor de sus nudillos, se fue hacia donde estaba un templo de estilo neo gótico con un jardín muy bonito como para ser invierno todavía.

Napoleón: Este jardín será hermoso en primavera, cuando Persefone vuelve con su madre.

Él se sentó frente al templo donde comenzó a dibujarlo, lo hizo con tanta concentración.
El clima estaba un poco frío así que nadie cuestionaba el porque usaba una capucha, mientras dibujaba alguien peculiar preguntó por lo que hacía.

??: No sabía que dibujabas tan bien.

Napoleón volteó y vio a dos de sus compañeros de clase.

Napoleón: uh?.

Jedediah: Soy Jedediah, tu compañero de clases, quien va a interpretar a Eros en la obra.

Napoleón: Ah si, el que siempre está con un chico de cabello castaño y voz eufórica.

Jedediah: Hablas de mi amigo Octavio?.

Napoleón afirmó con su cabeza.

Jedediah: Te reconocí aún con la capucha puesta.

Napoleón: Ah bueno.

Jedediah: Supe lo del porque te cambiaban de escuela frecuentemente y que no la estabas pasando nada bien.

Napoleón dejó de dibujar.

Napoleón: Si, me he mudado mucho y mis compañeros me despreciaban y excluian, y veo que aquí es la misma cosa.

Jedediah: Tú nunca me caiste mal, lamento que la hayas pasado terrible.

Napoleón: Gracias por eso -dijo un poco apagado.

Jedediah: oye... Y es cierto que andas con Alphonse Capone?.

Napoleón: Pues... Fue el primero que me habló y mi primer amigo en toda mi vida.

Jedediah: Nunca habías tenido amigos? Ni siquiera en tu vecindario.

Napoleón: Mis padres no me dejaban salir a jugar con los demás chicos de mi vecindario y el último año de secundaria lo estudié en casa después de casi morir ahogado.

Jedediah: De verdad... Tus propios ex compañeros te hicieron eso?.

Napoleón: Si, eran muy crueles conmigo, y en mi primer semestre de la prepa estuve en un colegio católico donde casi nadie me hablaba pero al menos no me golpeaban.

Jedediah: Y cómo es que estás en segundo año o cuarto semestre con nosotros si deberías estar en tercer semestre?.

Napoleón: Así me acomodaron, la educación que tuve allá en París o Córcega no es la misma que aquí.

Jedediah: Ya veo, pero enserio quiero preguntarte, en verdad sientes algo por Al?.

Napoleón se puso nervioso.

Napoleón: Pues... Él ha sido muy lindo conmigo aunque por fin me di cuenta que le gusto.

Jedediah: Todos pensábamos que Al era un buscapleitos sin sentimientos, todos le tenían miedo en la secundaria y en primero, siempre lo veía apagado pero apartado igual que tú pero se escudaba en su rudeza heredada por ser hijo de gansters.

Napoleón: Hijo de gansters? Yo conocí a su Mamá y fue muy amable conmigo.

Jedediah: Sí, Al es hijo de los gansters más temidos de su natal Italia pero aquí sólo protegen su barrio.

Napoleón se puso nervioso.

Napoleón: Suena a que son peligrosos.

Jedediah: Si no te metes con ellos no hay problema, sobre todo si te llevas bien con su hijo, quién dejó de ser tan gris al conocerte.

Napoleón se quedó pensando.

Jedediah: Bueno, te dejo porque quedé con Octavio para ir al lago.

Napoleón: Suerte.

Jedediah se fue dejando al francés pensando sobre todo lo que sabe de Al.

Mientras tanto en otro sitio...

Jedediah y Octavio se reunieron con Al para conversar sobre Napoleón.

Jedediah: Ya hemos llegado Al, de qué quieres hablarnos?.

Octavio: Si cuéntanos.

Al: Confío en ustedes para demostrarle a Napoleón cuanto lo amo, le tengo una sorpresa mientras ustedes hacen la obra de teatro.

Octavio: Piensas dar el paso final justo en vísperas de San Valentín?.

Jedediah: Pero si Napoleón ya se dio cuenta que te gusta, aún así debes sorprenderlo, hacerlo sentir bien y por supuesto amarlo.

Al: Eso es lo que intento, tantas veces he demostrado que estoy loco por él, desde que llegó me he sentido diferente, sentí que Eros me flechó en ese momento.

Jedediah se rió por la referencia.

Jedediah: Creo que me equivoqué al lanzar la flecha, debí lanzarla a Hades.

Al: No, está bien que lo hicieras, creo que yo debí ser Hades y él Persefone.

Octavio: No te sientas tan mal, Jedediah y yo haremos lo posible para el francés y tú sean pareja.

Jedediah: Nos vale lo que los tontos chismes de Kahmunrah y sus secuaces digan, son unos idiotas.

Al: Gracias por su tiempo, creo que puedo contar con ustedes dos así como Teddy y Sacajawea.

Jedediah: Si, ellos dos me caen bien al menos elegiste buenos consejeros que no dirían esto a nadie.

Al: Con permiso chicos, porque debo visitar a alguien muy especial.

Octavio: Suerte.

Al pasó por donde estaba un pequeño mirador que tenía el templo donde vió una pequeña figura encapuchada, se empeñó en seguirla sin hacer ruido.

En el jardín (Al Capone x Napoleón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora