Primera cita como pareja

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Al y Napoleón estaban saliendo ya como una pareja, llevaban cinco días de ser novios, después de la escuela ambos caminaban tomados de la mano, para algunos era tierno verlos creyendo que eran hermanos que se llevaban muy bien (eso lo decían por la gran diferencia de estaturas entre los dos).
Ambos estaban tomados de la mano, Napoleón caminaba por donde estaba la jardinera de la plazuela del barrio mientras que Al estaba caminando sobre el suelo empedrado.

Al: Que simpático eres al querer subir aquí para caminar.

Napoleón: Así podré estar a tu altura.

Al: Mi pequeño general de la primavera, eres muy tierno pero no es necesario que lo hagas porque no me importa que estatura tienes porque te amo con toda mi alma.

Napoleón: De acuerdo.

Napoleón se bajó de la jardinera quedando otra vez en el suelo.

Al: Ten cuidado, dulzura, no quiero que caigas y te lastimes.

Napoleón: No me pasa nada, ya lo he hecho antes ni que estuviera tan pequeño.

Al: Eso no importa, no quiero que te lastimes.

Napoleón abrazó a Al en señal de que no se preocupara.

Napoleón: Tú tranquilo.

Al: Tus abrazos me reconfortan siempre.

Napoleón: Los tuyos me han hecho sentir mejor cuando estaba mal.

Al: Nada puede separarnos ahora.

Napoleón: No quisiera eso, fuiste el primer amigo que tuve en mi vida después de tanto sufrimiento.

Al: Y novio también, además te mereces ya el cariño que tanta falta te hizo.

Al le dio una rosa a Napoleón que había cortado del jardín del templo.

Napoleón: Es blanca tal y como me gusta.

Al: Siento que has estado conectado con estas flores, cada rosa que veo me recuerda a ti ahora, si veo una blanca reflejo tu paz, una amarilla me refleja tu felicidad, alguna rosada sería amor y si llegase a ver una rosa negra significaría dolor.

Napoleón: Siempre me han gustado las rosas, eres tan poético Al.

Al: Creo que el amor me hace eso, descubrí talentos que no sabía que tenía.

Napoleón: Yo no soy bueno en algo de eso.

Al: No seas modesto, eres bueno en el dibujo y en escribir en cursiva, cosa que no puedo hacer bien.

Napoleón: Ojalá el asunto de mi enfermedad me deje más tiempo libre para salir contigo y conocer cosas nuevas.

Al: Ahora que lo mencionas, quisiera llevarte a varios sitios que te podrían fascinar, a nadie le he mostrado este sitio.

Napoleón: Qué lugar será? -preguntó curioso.

Al: Sube en la parte de atrás de mi bicicleta, así no te cansarás tanto.

Napoleon: vale.

Tomaron el camino de un sendero que estaba al lado de la ciudad que no rebasaba los 100.000 habitantes, pasaron ranchos, haciendas, las vías del ferrocarril y un estanque, después de las vías había un sitio nunca antes visto para el francés.

Al: Toma mi mano, que te he de llevar a un sitio que te dejará sorprendido.

Napoleón tomó su mano para caminar entre árboles hasta dejarse ver una casona, no se veía abandonada.

Napoleón: Esta casona de quién es? Si es propiedad privada no debemos estar aquí -dijo preocupado.

Al: Tranquilo, yo conozco este perímetro, no temas.

Al abrió con una llave que traía colgada en su collar, abrió el portón de hierro que daba entrada a un enorme jardín con fuente y algunos manzanos detrás de ella estaba la casona.

Napoleón: Qué es este lugar? Parece que estoy en una mansión de millonarios.

Al: Y eso que no has entrado.

Al abrió la puerta de la casona dando acceso a la sala grande, con dos accesos (la cocina y el comedor) y unas escaleras que daban al segundo piso.

Napoleón: Una sala de ensueño, wow! Hasta tiene una smart tv! Interesante! Pero insisto que no debemos estar aquí.

Al: Si podemos estar aquí porque esta casona es uno de los territorios de mis padres.

Napoleón: De verdad? Con razón no se veía abandonada.

Al: Aquí siempre celebramos fiestas grandes como el año nuevo con mi familia porque está más grande aquí que en mi casa.

Napoleón: Yo solo tengo mi casa de Córcega y aquí, cuando vivíamos en París rentabamos.

Al: Yo solo he vivido en Sicilia y aquí, pero vamos de vez en cuando a visitar a mis abuelos y mis tíos.

Napoleón: Mis padres constantemente viajan sin mi pero ahora no me debo preocupar tanto porque tú estás conmigo.

Al: Awww que tierno eres, frenchie.

Al besó a Napoleón en los labios ambos estaban sentados en uno de los sofás de la sala, no tardaron mucho para que el menor se recostara en el sofá dejando que Al lo siguiera acariciando y besando con más facilidad.

Al: Me imagino que sientes calor ahora.

Napoleón: Un poco.

Al: Ese chaleco hace que te de más calor.

Napoleón se quitó su chaleco de mezclilla.

Napoleón: Esa cosa es muy caliente, pero ya me debo refrescar un poco.

Al: Por cierto, no te he mostrado el patio.

Ambos se dirigen al patio grande donde hay unos columpios, una esfera giratoria y una piscina enorme.

Al: Estar en la piscina en verano es lo más relajante que se puede hacer.

Napoleón: Todo es diversión hasta que alguien no sabe nadar.

Al: Si lo dices por ti, yo estaría junto a ti para que no te sientas solo.

Napoleón: Tú siempre tan considerado.

Al: Hago lo que puedo para hacerte feliz.

Napoleón: Y has hecho un buen trabajo.

Al lo besó en la mejilla como muestra de cariño.

Al: Mira la hora qué es... Debes volver a casa.

Napoleón: Son las 8 no pasa nada.

Al: Pero yo no quiero que te metes en problemas por culpa mia además mañana debemos ir a la preparatoria.

Napoleón: Me estaba divirtiendo bastante, no quiero volver a casa para estar aburrido.

Al: Otro día podremos conocer más lugares juntos, en vez de las citas típicas.

Napoleón: Así me siento menos incómodo, y me gusta explorar lugares nuevos.

Al: En eso coincidimos Frenchie, muy bien debemos irnos.

Ambos se fueron por el mismo sendero, Al dejó a Napoleón en su casa.

Napoleón: Que bueno que te hayas ofrecido a traerme hasta mi casa.

Al: No es molestia, conmigo estarás a salvo.

Al besó la mano de Napoleón como despedida, el francés no se metió a su casa hasta que veía a su novio alejándose de allí.

Napoleón: Fue la mejor cita que he tenido, ojalá tenga más citas geniales con Al.

Dicho esto puso la rosa que le dio Al en el jarroncito que estaba frente a la imagen de su abuela fallecida.

Napoleón: Abuela, si siguieras viva te sentirías mejor al verme contento, te extraño bastante.

Dejó la rosa allí para irse a dar un baño y después dormirse.

En el jardín (Al Capone x Napoleón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora