Prólogo

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—Jamás imaginé que esa chica guardara un secreto así.

—Nadie. Era muy dulce.

—Entonces...¿Ella destruyó a los Foster?—preguntó la pelirroja.

—Sí. Aún lamento haber perdido a Matthew—añadió la rubia.

—Nunca fue tuyo, sanguijuela.

—En fin, los Foster siempre serán una leyenda en Seattle.

—Y April Adams su destructora.

FOSTER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora