rascacielos

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Vamos a jugar a nuestro juego favorito,
a guardarnos las cosas y tratar de adivinar qué mano las esconde.

Elijamos qué rascacielo usaremos cómo dardo
y qué cielo cómo diana.

Barajeemos con inocencia la posibilidad de la imprudencia.

Qué sonrisa más pícara.

Vamos a jugar a nuestro juego favorito,
envueltos en la frescura de un hechizo divertido.

¿En qué me he convertido?

Ahora tu
y ahora yo.

Pegando saltitos,
adelante y atrás,
sin avanzar.

Nuestra noción del tiempo
pausada en una elección de
piedra,
papel
o tijera.

Vamos a jugar a nuestro juego favorito,
a juntar nuestras palmas y gritar; ¡Objetivo conseguido!
sin decisiones de por medio,
escondiendo,
al azar,
los dados de la victoria y la derrota.

Afortunada,
libertad.

Hayate Ouami Oubalhi

Pasos del ecoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora