Capítulo Veinticuatro

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Ya no era sorprendente notar aquel rostro malhumorado de Taehyun mientras desayunaba. EunHan le estaba dando de comer en la boca por estar en un modo ausente aquellas horas de la mañana, y su papá no hacía más que hablar telepáticamente con su esposa.

— ¿Quieres que te lleve en el auto?

— Está bien...

La verdad es que no quería: ya se había acostumbrado a disfrutar la mitad del camino escuchando a BeomGyu hablar, preguntarle qué tal había dormido, qué había desayunado, qué clases tenía, qué parejas estaba uniendo.

Pero estos últimos días BeomGyu solo se aparecía unos segundos, siempre cuando estaba con Kai, siempre besándolo en frente suyo y siempre yéndose sin darle tiempo para hablar.

También se alejaba rápido en las horas de salida, encontrándose con una chica que Taehyun no lograba ubicar y que había visto frecuentemente con su novio en citas. Era muy bonita, muy cariñosa, muy angelical, muy amable, así se veía mientras Taehyun los miraba desde algún local esperando a que Minhyuk hiciera sus compras.

Se estaba comenzando a molestar. ¿Cuánto tiempo iban sin hablar? Una semana. ¿Cuántas veces BeomGyu le había puesto como excusa que tenía planes? Ugh, no puede contarlas.

Ah, ¿Cuántas veces el mayor lo estaba besando frente la mirada atónita de Kai? Eso era lo que más repudiaba. Beomgyu tenía el derecho de besarlo y usar su boca cuando quiera, Taehyun le dejaría, pero no de esa forma. No con ese estúpido próposito.

— Abuela —llamó, recibiendo la mirada y tierna sonrisa de la anciana, quien se acercaba al mostrador para atenderlo—, dame un malteada de fresa y...

Taehyun desvió la mirada a Kai, quien pareció salir de su sueño con aquello, dejando de mirarlo para decir su pedido a la señora de la cafetería.

— Galletas de vainilla, por favor —musitó el menor con una pequeña sonrisa amable. La mujer asintió y luego de preparar los pedidos, ambos chicos decidieron ir a la bibioteca a comer.

EunHan los había saludado con una sonrisa cuando entraron. Nadie se encontraba en ese lugar, no a estas horas de descanso, por lo que dejaron todos los aperitivos sin cuidado en una de las mesas.

— Ya se acerca el aniversario de la escuela —comentó Kai antes de meterse una galleta a la boca, masticándola rápidamente y siguió hablando— ¿Entrará al grupo de ópera.

— Iugh, claro que no. —Una mueca asqueada apareció en su rostro—. Juntarse con los de ópera es como juntarse con las porristas, son unos cabeza hueca que se creen lo mejor de la escuela.

— Yo quería entrar —musitó Kai—, me da vergüenza, no lo sé, también quería entrar al club de música, pero-

— Otros creídos, lo sé —Kang tomó un poco de jugo, dejando un pequeño silencio antes de contestar—. Pero por lo que tengo entendido que este aniversario será más formal, no habrán presentaciones de talentos ni nada.

— ¿Por qué?

— Porque a mi papá le da flojera mandar a decorar el gimna-

Taehyunnie.

Esa voz, ese apodo.

Cerró los ojos tratando de repirar y no tirar todo al vacío. La pequeña llama de furia que andaba dormida comenzó a arder en su estómago como una señal de advertencia, creciendo cada vez más. La mano de BeomGyu estaba acriciando su espalda mientras se sentaba a su lado en la silla larga de la bilioteca.

Su mirada se levantó a Kai, viendo cómo este solo bajaba la suya para no ver las muestras de afecto que de seguro comenzaría a dar Beomgyu, quien luego desaparecería completamente.

Me enamoré de ti, cupido (TaeGyu/BeomHyun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora