Capítulo Dieciocho

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— El sol es un maldito diablo. No entiendo cómo existen personas que les guste un clima tan cálido y abrumador —Taehyun se quejó antes de lamer el helado de fresa que tenía—. Solo personas como tú se sienten felices con este clima horrible.

Kai soltó una pequeña risa, disfrutando su helado de vainilla mientras caminaban en el parque central de la plaza. Los rayos solares chocaban débilmente contra su rostro gracias a la sombra de las hojas de los árboles, pero Taehyun aún así se sentía incómodo, queriendo dirigir una pistola al sol y así dejara de molestarlo.

— ¿A usted le gusta más el invierno?

— Uhum, prefiero eso, ahí solo me tengo que abrigar y ya, sin problemas —Taehyun asintió hacia sí mismo, en su mundo—. Cuando el clima es caluroso no dan ganas ni de tocar a alguien.

— Ya veo... —musitó moviendo su cabeza de arriba a abajo, mirando de nuevo el camino por donde iban—. Hyung...

— ¿Qué?

Taehyun lo miró directamente, buscando que continuara lo que quería decirle. Sabía claramente que el menor no lo había invitado por el estúpido clima "agradable", había algo que Kai quería.

Esperaba que le confesara de una vez que necesitaba de su ayuda para enamorar a alguien.

— Usted...

— Yo...

— Uhm, usted ayuda a muchas personas a conseguir pareja.

Taehyun sonrió burlón, dándole una lamida más a su helado mientras aguantaba las ganas de reírse del menor avergonzado.

— No ayudo a conseguir pareja, simplemente te doy una mano para que enamores a la persona que te gusta —explicó justo cuando se detuvieron en la entrada del gran parque.

Las luces de todas las atracciones aún no se prendían, los locales seguían siendo alumbrados por el ardiente sol de aquella tarde, y un par de jóvenes se ubicaban bajo la sombra que daban las paredes crema del paradero.

— Sí... p-pero, uhm... —Kai no lo miraba, era un mar de nervios, algo que hacía sonreír al mayor.

¿Tan difícil era pedir de su ayuda?

Taehyun le diría que sí, definitivamente: después de todo, Kai era un chico lindo y paciente, lo escuchaba quejarse, lo admiraba, le daba una mano cada vez que Taehyun se lo pedía. Lo soportaba.

— Hey, solo dilo —le animó con una sonrisa tranquila, probando de su helado una vez más—. Sabes que te voy a decir que sí.

Cuando el menor volteó a mirarlo y sus ojos le dedicaron una chispa extraña, el mayor se confundió absolutamente. Era un brillo lindo, un brillo que agitaría el corazón de cualquier chica inexperta que esperaba la declaración del apuesto joven.

Pero Taehyun no era ninguna chica inexperta esperando la declaración de Kai.

Por lo que no supo qué hacer cuando sus labios fueron rápidamente tomados por los del alto en un beso inesperado. En un beso que lo dejó atónito por un largo tiempo donde se preguntaba qué diablos estaba pasando mientras los labios del menor acariciaban nerviosos los suyos.

Su cintura fue tomada por las manos de Huening, y fue cuando pudo reaccionar, dejando caer su helado al lado de ambos y empujarlo ligeramente, tapándose la boca mientras miraba el rostro pálido de Kai, quien parecía de pronto arrepentirse de haberlo besado.

— Tú —musitó el mayor atónito, sonriendo nervioso por la acción cometida—. Kai, ¿qué diablos fue eso?

— Usted —el de cabello azabache trató de explicarse, pero su boca se quedó cerrada, tapándose el rostro con las manos al sentir la vergüenza llenarlo—. Lo siento, hyung.

Me enamoré de ti, cupido (TaeGyu/BeomHyun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora