Capítulo 12

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Antes de poder decir algo, el piso se abre dejando rodar los barriles hacia un río. La corriente nos arrastra y al ver que todos se detienen para esperar a Bilbo, yo trato de sujetarme de una roca.

Unos instantes después, nuestro saqueador sale de un salto y seguimos por el río. Pero no es tan fácil como creí, pues los elfos nos vienen siguiendo.

Cuando estamos a punto de llegar, la reja debajo del puente que marca los límites se comienza a cerrar ante nuestros ojos, impidiendo que escapemos.

Cuando miro hacia arriba, veo que los elfos tienen flechas preparadas para lanzar hacia nosotros. Cuando parece que van a acabar con nosotros, una banda de orcos llega a atacar. 

Nos resguardamos debajo del puente mientras todos intentan abrir la reja. Intento buscar a los chicos y de pronto, escucho que Fili grita el nombre de Kili. Al parecer hay problemas.

Me abro paso entre todos y cuando salgo, veo que al intentar abrir la reja con la palanca que está arriba, Kili ha sido herido con una flecha en la pierna.

-¡Ayúdame a subir!-le digo a Fili.

-No, es muy peligroso-responde.

-¡Por favor, voy a ayudarlo!-insisto.

-¡No Lana!-exclama alzando la voz-¡si vas es muy posible que también te hagan daño, y tener dos enanos heridos  ya va a ser un gran problema!

De pronto, Kili abre la reja para que escapemos. Por nuestra parte, decidimos esperar a que nuestro hermano regrese, y de un salto, regresa a su barril. Me acerco y le pregunto:

-¿Estás bien?

-Sí, no fue grave-responde antes de que la corriente nos lleve a una gran velocidad.

Los orcos nos comienzan a seguir y con las pocas armas que logramos recuperar, los comenzamos a matar.

Detrás de los orcos, van los elfos que supongo, también nos quieren capturar. El recorrido por el río parece no tener fin, ya que no paramos de luchar.

Los orcos comienzan a saltar al río para atraparnos, pero no creo que sepan nadar. En un instante, uno salta sobre mí y dice:

-¿Me recuerdas?-claro que lo recuerdo, le volé un ojo el día en que las águilas nos salvaron, y al parecer vino a vengarse. Intenta hundir mi barril y con mi navaja de la bota, intento hacer que me suelte.

De pronto, con su brazo toma mi cuello y se abalanza hacia el río, hundiéndome junto con él. Intento zafarme o nadar hacia la superficie, pero el aire me comienza a faltar.

Para mi sorpresa, alguien se acerca a donde estoy y me libera. Una mano toma la mía y me sube a la superficie. Tomo una enorme bocanada de aire y regreso al barril. Cuando volteo para ver quien me ha salvado, veo que no es nadie de la compañía, y tampoco es un elfo.

Es un joven de cabello corto negro y ojos oscuros, su piel es tan pálida como la mía. Es delgado, me parece que es atractivo  y tiene una hermosa sonrisa...«¿Hermosa sonrisa? ¿Atractivo?» Casi quiero abofetearme por esa idea.

-Gracias-le digo.

-No hay de que-responde con una voz que hace que mi corazón se acelere-Y, ¿cuál es tu nombre, ojos hermosos?

Mi respiración se corta ante ese cumplido y con mucho esfuerzo, logro responder.

-Lana, y tú eres...

-Soy Elián, y creo que tus amigos y tú están en problemas-dice sonriendo. Yo asiento con la cabeza.

De la nada saca un par de espadas y me da una.

-Te he visto pelear-dice sin dejar de verme.

-¿Qué?-digo asombrada.

-Los he estado siguiendo casi desde que partieron de la Comarca, aunque los perdí de vista en Rivendel, así que supuse que pasarían por aquí y me adelanté a esperarlos. Y tengo que admitir que la noche en que te oí cantar, me dejaste maravillado, y mientras dormías me acerqué a darte un beso en la mejilla, pero despertaste y use una especie de líquido para que tus recuerdos se alteraran y creyeras que todo fue un sueño.

Justo cuando voy a decir algo, la corriente nos arrastra con más fuerza. Cuando los barriles de los chicos se acercan, primero me ven a mí y después a Elián que va sosteniéndose de mi barril. Al ver sus caras les explico:

-Es una larga historia que les encantará saber cuando estemos fuera de esta situación.

Ambos asienten con la cabeza mientras otra corriente nos aleja. Cuando los orcos ya no nos siguen, nos acercamos a la orilla. Cuando estoy a punto de impulsarme con los brazos, alguien empuja mi barril. Me doy cuenta de que Elián está llevándome a tierra firme, y cuando llegamos, me ayuda a salir del agua.

Cuando ya hemos bajado, él saca un abrigo de un rincón entre los arbustos y lo pone sobre mis hombros. Justo en ese momento veo que los chicos ya están observando lo que pasa.

Entonces recuerdo algo que me saca del cuento de hadas.

-¡Kili, estás herido!-exclamo al ver que tiembla.

Lo ayudamos a sentarse y lavamos la herida. Cuando Thorin llega da la siguiente instrucción:

-Nos tenemos que ir ya, tienen cinco minutos para curarlo-termina viéndonos.

Mientras Fili venda la pierna de Kili, yo le consigo un poco de agua. Cuando me acerco al río, escucho que Elián le suplica a Thorin que lo deje ir con nosotros.

-¿Sabes pelear?-le pregunta Balin. Antes de que pueda responder, Thorin lo cuestiona.

-¿Y qué quieres de pago?

-No hay mejor paga que estar a lado de la hermosa Lana-dice al tiempo que los tres me miran. Yo actúo como si no hubiera escuchado.


Fanfic 1: Un viaje especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora