Capítulo 19

441 32 1
                                    

Ayer después de cenar me fui inmediatamente a dormir y caí en un sueño tan profundo del cuál no hubiera despertado de no haber sido porque los chicos me despertaron.

Me pongo mi ropa de antes (que ya está limpia) y cuando me voy a lavar la cara, veo al pie de cada cama hay armas nuevas.

Me acerco y veo que en la mía hay un par de hachas y una espada. Y a un lado hay un carcaj con flechas y un arco.

-Ejem, Kili, creo que este es para ti-digo mientras tomo el carcaj.

-No, es para ti "preciosa", yo ya tengo el mío-dice.

-Pero no lo uso tan bien como tú-replico.

-Por siete años lo has usado perfectamente bien para cazar, supongo que te será útil para combatir orcos y lo que sea que se presente.

-Pero...

-Y no me mires a mí, fue idea del jefe.

-¿De Thorin?

-Ajá

-Creí que me odiaba más que antes.

-Ya te dije que no te odia. Te quiere...a su manera. Ahora termina de prepararte que estamos a punto de irnos-dice antes de salir del cuarto.

Me apresuró y alcanzo al resto de la compañía. Cuando salimos del edificio donde nos alojamos, una multitud está esperándonos para celebrar nuestro viaje.

Nos guían hasta un bote que nos llevará hasta Erebor. Mientras subo veo que Thorin detiene a Kili. No logro oír que le dice pero cuando Fili dice "Déjalo ir, si es necesario yo lo cargaré" entiendo que le está prohibiendo que vaya.

Al ver la insistencia de Thorin, tomo una decisión.

-Yo me quedaré por si necesita ayuda-anuncio.

-Y yo también-dice Fili.

-No sean imprudentes-dice Thorin.

-Es nuestro hermano, y no lo abandonaremos-dice Fili.

-Yo me quedaré también, mi deber es estar con los enfermos-dice Oin.

-Yo también me quedo, tal vez necesiten ayuda-dice Élian.

-Está bien-accede Thorin  a regañadientes y antes de subir al bote se acerca y me dice:

-Cuida bien de ellos.

-Lo haré, lo prometo-respondo.

-Y también cuídate, los veremos luego-dice antes de irse.

Poco a poco veo el bote alejarse. Cuando me doy la vuelta veo que Bofur también está aquí, al parecer llegó tarde. Cuando el bote se ha alejado tanto que ya no se ve vamos a buscar ayuda. Decidimos ir a la casa de Bardo.

Cuando tocamos la puerta, este nos abre y espeta:

-Ya tuve suficiente de los enanos-y cuando está a punto de cerrar, Bofur lo interrumpe y exclama:

-¡Espera! Kili está herido y no sabemos a donde más ir. Necesitamos ayuda.

Bardo lo piensa un momento y abre completamente la puerta. Nos guía hasta un cuarto y nos indica que depositemos a Kili, quien está muy pálido, en una cama.

-Esperen aquí, iré a ver que tengo para tratar su herida-indica Bardo.

Intentamos calmar a Kili que no deja de retorcerse y soltar alaridos de dolor. Después de un rato, Bofur se va a hablar con Bardo y cuando regresa dice:

-Iré a conseguir lo que necesitamos, no se muevan-y acto seguido se va.

Cuando voy por más agua, miro por la ventana que ya ha anochecido. Suelto un largo suspiro. Me enoja no tener conocimientos de medicina para poder ayudar a mi hermano.

Cuando regreso con el agua, empiezo a remojar un trapo y de pronto escucho gritos y ruidos. De la nada la puerta cae y aparecen varios orcos. Me apresuro a tomar el arco y el carcaj con las flechas. Élian, Fili y Oin toman sus respectivas espadas y comenzamos a luchar contra los orcos.

De un instante a  otro, aparecen dos elfos. Y uno de ellos es Tauriel. Ambos se unen a la pelea y cuantos mas orcos matamos, más aparecen. Cuando trato de tomar otra flecha, noto que ya se han acabado. Trato de buscar mi espada o mis hachas, pero no las veo por ningún lado. Es hora de usar el plan B.

Levanto mi brazo en dirección a un orco y con mucha concentración logro hacerlo volar fuera de la casa. Después repito los mismos pasos con los demás orcos.

-¡¿Qué rayos haces?!-pregunta asombrado Fili.

-No tengo idea...

-¿Pero no eras inmune al fuego y sacabas humo de las manos y todo eso?

-Descubrí que todo era solamente parte de un proceso.

-¿Y ahora mueves cosas con la mente?

-Algo así, pero ¡no creo que sea el momento adecuado para discutir eso!-exclamo.

-Creo que tienes razón-dice antes ir a enfrentar a otro orco.

Llega a ser un tanto divertido hacer volar cosas con solo mover la mano, pero en esta situación no tengo espacio para divertirme. Por ahora ya no más.

Después de un rato, los orcos se retiran, y tomo un respiro porque no ha sido fácil. Y por fin noto que Bardo no está por ningún lado. Ahora si estamos solos.

-¡Lana!-escuchó que alguien me llama. Giro la cabeza y veo que todos están alrededor de Kili quien yace en el piso. Al parecer trató de pelear, pero está muy débil.

-¡¿Qué hacemos?!-pregunto con desesperación mientras me acerco.

-¡No lo sé! ¡Está muy grave y creo...creo que está muriendo!-dice muy alterado Oin. Intento pensar en alternativas y, pero no se me ocurre algo, hasta que una idea se me viene a la cabeza. He escuchado que los elfos hacen maravillas en el ámbito de la medicina, y aquí hay presentes dos de ellos, así que haré algo que sonará extraño: pedir ayuda.

-¡Espera!-exclamo cuando veo que Tauriel está por irse. Cuando se horas para ver, continúo-¡por favor, ayúdanos, mi hermano está muy mal y no se si sobreviva!

Acabando de decir eso, ella asiente y dice:

-Llévenlo ahí-dice señalando una mesa. Hacemos lo que dice y en ese momento llega Bofur con unas hierbas, quien está muy extrañado por lo que pasa.

-¿De qué me perdí?-pregunta.

-Esto servirá-dice Tauriel tomando las hierbas de las manos de Bofur. Por mi parte cada vez me pongo más nervosa. Tengo miedo de que el tiempo se acabe y ya sea muy tarde para salvarlo. Cuando menos me doy cuenta ya me estoy mordiendo las uñas. ¡Pero si no hago eso desde los diez años!

-Tranquila, estará bien-dice Élian acercándose. No respondo nada, estoy bastante preocupada como para tratar de ser amable o algo por el estilo. Y cuando me doy cuenta ya estoy temblando y he apretado tanto mis puños que ya me he rasguñado. Un pequeño hilo de liquido rojo corre por mis manos pero no le doy importancia. La cabeza me duele y creo que voy a desmayarme en cualquier momento.

De pronto, Fili se acerca y dice:

-¡Lana, tienes que calmarte! Recuerda que ahora puedes hacer eso que haces con la mente y si te alteras vas a matarnos a todos ahora mismo.

-Pero no hice nada.

-¿Y como explicas que los platos salieron volando misteriosamente?-dice señalando una pila de trozos de platos-y ya te hiciste esto-continúa tomando mi muñeca y mostrando la sangre que corre por mi mano.

-Ya, ya, me calmaré, pero no prometo nada-respondo con un resoplido.

-Está bien, y mira, ya está a punto de volver a estar bien-dice.

Volteo para ver como van las cosas y veo que Tauriel ha hecho un estupendo trabajo. Ahora el color ha vuelto a la cara de Kili y parece que ya está mejor que antes.

-Ahora vamos allá-dice Fili.

-¿Qué? ¿Porqué?-pregunto.

-Vamos a darle espacio a los enamorados.

-Claro...-respondo. Creo que ahora ya todo está mejor, y pronto estaremos en casa...


Fanfic 1: Un viaje especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora