Strangers. ;; K.T + J.J

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Aún recuerdo el día que conocí a Kim Taehyung. Creo que la mejor forma de describir tal encuentro sería “terrible poca coincidencia”, porque por más que lo pienso, no iba a durar mucho tiempo sin conocerlo. No iba a haber forma de librarme de él.

Si hubiera comido esa hamburguesa que Seokjin me ofreció la noche anterior, lo más seguro es que al día siguiente le habría dado una visita al doctor por el dolor de estómago que esa me iba a provocar; pero no, dejé de lado mi amor por la comida rápida y decidí continuar con los waffles que preparé yo mismo, aún si durante la madrugada me pregunté el por qué.

A la mañana siguiente, Seokjin estaba de cumpleaños, pero no era su cumpleaños número 18, ni tampoco 20. Era su cumpleaños número 26 y aunque yo no veía gran problema, él hablaba como si su vida fuera a terminar pronto.

—Odio envejecer. —lloriqueba en la cama cubriendo su rostro con las sábanas.

—No quiero saber que será de ti cuando cumplas 40. —me reí y él destapó su rostro para verme serio. —¿Qué? —pregunté aún riendo.

—¿Realmente crees que llegaré a los 40?

—Amargado, pero si.

Él comenzó a reír.

Apesar de su pesimismo, salimos en busca de diversión para celebrar; un bar lleno de fuerte música parecia la mejor opción para el cumpleañero. Yo no pude hacer más que aceptar sus deseos.
El ambiente no era pesado, de hecho comenzaba a relajarme junto a todos los que me rodeaban con el paso de los minutos.

Seokjin olvidó sus desgracias en cuanto los tragos que pidió llegaron a la mesa; por la forma en la que bebía, sabía que regresaríamos a casa casi gateando.
Supongo que ese fué el pensamiento que me alejó de la actualidad por un par de minutos.

—Jungkook, ¿No vas a beber? —la voz de Seokjin me sacó de la nube en la que mi mente iba. Cuando lo miré, me repitió la pregunta. —¿No vas a beber nada? ¿Estás bien? Este no parece ser tu ambiente. —se burló al último Sandy, la novia de Seokjin.

—Estoy bien. —solté de mala gana y de un solo trago, terminé el pequeño vaso que estaba frente a mí. —¿Lo ven?

Seokjin río y asintió mientras bebía un poco más lento: —Lo vemos. —respondió. —Desde que te convertiste en modelo, todo lo que haces parece digno de una sesión fotográfica.

—Idiota. —reí con él.

Seguimos celebrando, bebiendo y riendo de frases que ya ni siquiera sabíamos si estaban bien formuladas. Pero, la verdad es que la diversión no iba a durar mucho si no nos levantabamos a bailar un poco, por lo que obedecimos el deseo de nuestro cuerpo por querer moverse al ritmo de la música.
Aunque todos dedusian que por ser modelo, por obligación debía ser excelente en el baile, así como en el sexo, la verdad es que era lo más parecido a un tronco cada que me disponía a bailar.

¡Que horror! ¿Quién ha sido el idiota que estereotipó a los modelos de esa forma? 
Como sea, no estaba de más intentar tener un poco de ritmo esa noche.

Después de las primeras dos canciones, comencé a soltar más mi cuerpo y mi mente, movía los pies de un lado a otro mientras mis brazos levantados se movían como si no tuviera huesos.
Los gritos de euforia que daban alrededor de mi, me impulsaban a querer hacerlo yo también, al menos un poco.

—La verdad, deberías seguir siendo modelo. —la voz y la cercanía de esta en mi hombro, me trajeron al mundo de vuelta. Detuve mis pasos y giré el rostro para saber quién se había atrevido a comparar mi trabajo con lo que hago solo por pasar un buen rato.

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