Teacher's Pet. ;; K.S

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Durante mi adolescencia leí varias historias eróticas en las que una alumna se veía enredada con su profesor; eran demasiado populares entre las chicas de mi edad y sé que todas pensábamos en lo excitante que sería ser la amante del atractivo profesor.

Claro que, muchos de esos pensamientos dejaron de existir cuando la mayoría de nuestros profesores eran hombres de 60 años con peluquines mal puestos.
Nosotras, soñabamos con alguien joven pero al mismo tiempo mayor, alguien tan guapo como todos los idols y actores que salen en televisión; soñábamos con sentir las mismas cosquillas que la protagonista siempre describía al verlo.
Pero al final, solo éramos niñas de 14 años soñando con algo demasiado morboso para nuestra edad.

—Sigo esperando su respuesta, señorita Sun.

Había olvidado que estaba en clase.

—No sé la respuesta, profesor. —respondí después de fingir unos segundos que buscaba entre mi memoria.

La mirada del profesor estaba pegada a mi, con molestia desbordando de sus pestañas por no estar atenta a su clase, de nuevo: —Al menos cambie de respuesta. Siempre la misma. —comenzó a decir dando pasos pequeños hacia mi. La mirada de todos los demás en el aula seguían al profesor y pasaban fugazmente a mí para tener una escena completa sobre lo que sucede.

Cuando llegó el mayor a mi lugar, pegó su mano de un solo golpe en mi mesa; en reacción, dí un pequeño salto desde mi lugar.
Miré a mi alrededor para quedar asombrada de todas las miradas que estaban sobre mí, nadie parecía querer siquiera respirar o parpadear en ese momento. Ni siquiera yo lo hacía.

—Dije que comenzaría a ser más estricto. —volvió a hablar aquel hombre de voz seria, yo no respondí. —Castigada después de clases. —dijo y después regresó sus pasos hacia donde estaba.

Era la primera vez en la que el profesor Kim me enfrentaba castigandome, por lo general prefería rodar los ojos cada que me quedaba sin una respuesta pero esta vez no. Pero no me pareció extraño, pues lo relacioné a su comentario anterior sobre ser más estricto.

—Bien. —murmuré molesta. Hoy tenía planes para ir a comer con Hiseu y demás amigas, los cuáles en un segundo se han cancelado.

—Bien. —repitió el profesor dejando su mirada caer sobre la mía estand él ya enfrente. No estaba segura de si me había escuchado o simplemente lo ha dicho porque si; sea cual sea el motivo, el que me haya estado mirando por unos segundos más si me provocó un sentimiento de extrañeza en la boca del estómago.

Lo que faltaba de la clase, terminó. Todos tomaron y guardaron sus cosas para salir una vez que el profesor Kim abriera la puerta. Todos menos yo.

—Cuando llegues a casa, llámame. —me dijo Hiseu mientras cerraba su mochila.

—Claro, yo te llamo. —le respondí con una mueca. —De verdad quería salir con ustedes hoy. —volví a hablar, ahora con más queja en mis palabras.

Hiseu asintió: —Yo también, pero ya podremos hacerlo después. —habló. Colgó su mochila sobre sus hombros y colocó un audífono en su oreja. —Aunque, podrías pasarla bien con el profesor. —su pícara mirada solo provocó que negara de inmediato con la cabeza mientras reía. —¿Qué? Es guapo...

El comentario de Hiseu no me pareció sorpresivo, porque no había mucha manera de negar lo último.
El profesional Kim Seokjin fué el tema de conversación de muchas chicas la primera semana en la que comenzó a dar clases, ellas abiertamente hablaban sobre lo nerviosas que se sentían cada que él se acercaba o pasaba a su lado; después, todos esos comentarios dejaron de sonar al la personalidad del profesor salir a la luz.

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