Ebony se hallaba en la sala-comedor de su hogar, comiendo junto a su madre, ambas hablaban sobre cosas de lo más sencillas, sin embargo sacando alguna broma o comicidad de ello.
Una vez ambas terminaron sus alimentos, la albina se levantó de su asiento y se dispuso a lavar los platos.
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Malina caminaba alegremente por las húmedas calles del pueblo, disfrutando el olor a tierra mojada, sintiendo el aire frío chocar contra su rostro.
Todas esas sensaciones fueron interrumpidas por el repentino choque que tuvo con un cuerpo muchísimo más alto que el suyo.
—¡Malina, lo siento mucho!— exclamó una voz masculina.
—¿Matías?— levantó la mirada
—El mismo— rió rascando su nuca —Lo siento, déjame ayudarte— se levantó para tenderle la mano a la castaña.
—Gracias— soltó una pequeña risa
—Oye, ya que estamos aquí...¿Irás a la reunión?
—¿A la qué...?— se quedó en silencio unos segundos— Oh, claro...
—¿Entonces?
—No lo sé...¿Mei irá?
—Creo que sí, pero a mí no me ha dicho nada— sonrió ya ponderando lo que pasaba
—Oh...¿Y sabes quién le preguntó?
—Alyssa, creo ¿Necesitas urgentemente saberlo?
—No...Pero me gustaría saber pronto...
Matías sonrió de lado e invitó a Malina a sentarse en una banca cercana
—Dime...¿Qué hay entre ustedes dos?
—¿De qué hablas?— la chica enarcó una ceja
—Vamos...te gusta ¿Cierto?
La castaña desvió la mirada con las mejillas rojas
—No...— colocó un mechón de cabello detrás de su oreja
—Puedes confiar en mí, Mal...— la mencionada rió por lo bajo
—Sabes que odio ese apodo— lo miró— Bien, me gusta ¿Contento?
—No en realidad ¿Vas a pedirle que sea tu novia, o qué?— le dió un codazo
—No lo sé...quiero tomarlo con calma ¿Sabes?
—Lo sé, pero— alargó la letra e— quisiera que me tuvieras en cuenta para cuando lo hagas...tengo varias ideas que podrías aplicar para cortejarla— rió divertido, su compañera lo imitó
—Está bien, te lo agradezco mucho— casi inmediatamente después de haber pronunciado la última palabra sintió los brazos de su amigo rodeándola en un abrazo cálido el cual correspondió.
La llegada de la noche era inminente, y el par de jóvenes que estaba en el mismo lugar hace horas, seguía discutiendo maneras para "cortejar" chicas en las palabras de Matías.
Y tras unos minutos más de plática, ambos jóvenes se dirigieron a sus casas.
La castaña, emocionada, tomó papel y pluma dispuesta a comenzar a escribir una carta destinada a aquella chica de ojos grisáceos que aceleraba tanto sus latidos.
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08:00 a.m
La albina no había podido dormir en toda la noche, reviviendo en su mente los recuerdos de cada momento que había pasado con Malina, y empezando a divagar demasiado por la falta de sueño.
La chica, aún cincuenta porciento dormida, miró hacia la ventana, observando atentamente la tenue luz que entraba por su ventana.
—Ojalá pudiera...— rió suavemente y decidió por ir a dormir.
Una vez que Mei abrió de nuevo los ojos se dirigió a abrir su ventana, pues el calor se había encerrado.
Su sorpresa fué encontrarse con un avioncito de papel color verde, con una carta doblada dentro.
Tomó el susodicho avioncito y se sentó al borde de su cama mientras desdoblaba la carta que yacía en su interior.
"Mei, mi Mei...
Quiero agradecerte por tantos buenos momentos que me has dado, por tantas risas, tantas sorpresas, simplemente agradecerte por tanto y hacerte la promesa de devolverte toda esta felicidad.
Y es que ¿Cómo no ser feliz contigo? ¿Cómo no sonreír a tu lado?
Tienes una sonrisa tan característica, una risa tan contagiosa, tu voz que me relaja cada vez que la escucho cerca, tus ojos, ese gris tan profundo en el que quiero perderme a diario, tu cabello tan blanco como la luz del sol...
Podría pasarme una vida escribiendo cada cosa que amo de tu persona, sin embargo las acciones valen muchísimo más que un millón de palabras escritas o dichas.Así que por la presente carta quiero invitarte a ir a la reunión (de la que probablemente ya te enteraste) conmigo.
¿Podrías hacerme el honor?
—Siempre tuya, Malina"
Mei suspiró antes de dejarse caer de espaldas a su cama, examinando con cuidado el avioncito en el cual se percató de que venía un colgante con un dije en forma de sol.
Sin dudarlo se lo puso
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Sunlight •Malina Weissman•
FanficEbony, como le agrada que la llamen, es una chica de quince años, quien padece una condición curiosa; fotosensibilidad (en un grado medianamente grave). La historia comienza cuando, decidida a afrontar la vida a pesar de su condición, Ebony se mudar...