Cap 21....Jeff the Killer

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¿Cuanto había pasado desde la última vez que fue, realmente felíz?

Mucho, a decir verdad. Solo costaba con ir a lo mas profundo y lejano de su mente, escarbar entre los pesados recuerdos y dirigirse exacta mente a la puerta que ponía Pasado en ella.

La puerta que conducía a su vieja vida, quizá cuando era mucho más pequeño y no temía que le pudieran ver hablando sólo o con sus peluches. Cuando conoció a aquel par que tanto le había cambiado la vida, sus mejores amigos, Mike y Alex.
Cuando se veía jugando y riendo con su hermano mayor, el que le prometió protegerlo siempre, y ahora, mas que nunca podía darse cuenta que no eran simples palabras dichas por el momento ni la posición en la que estaba, no. Si no que las había dicho con toda la sinceridad y el amor que la inocencia y la edad de aquel momento le permitió. Y vaya que lo cumplió

Y en sí era muy cierto que todo momento, movimiento, palabra quedaba en el pasado a penas decirla: era una forma de decir que eso ya había pasado, pero para Jeff, su pasado no significaba haber movido la muñeca hace apenas dos segundos, por que eso esta en el pasado ahora. Nada de eso. Para él, su pasado era su felicidad. Sus momentos más importantes y especiales, esos que quiso que fueran su presente por siempre

Pero no. No todo siempre iba a ser de color de rosa y él lo sabía... mas no creyó que fuera tanto el cambio

Sus amigos no estaban más

Su hermano tampoco...

Y la chica de la cual se había enamorado por primera vez

Todos ellos en un pasado felíz, que quería tener ahora y en un futuro también

Celeste había formado apenas una pequeña parte de su vida, y aún así era una pieza de más esencial para él, para su mundo. Era parte ahora del pasado tan bello que alguna vez tuvo. Pero no era suficiente... Quería, necesitaba de toda esa felicidad justamente ahora

Sentía que lo había perdido todo por culpa del presente. Mientras más días pasaban más oscuridad y sufrimiento se apoderaban de él, de su mente y cuerpo al mismo tiempo

...

Una horrible luz de repente lo cegó. Su cortina había sido abierta de orilla a orilla por la que era su madre, con una sonrisa radiante en su cara.

Ni siquiera escucho que haya entrado y le ha tomado por sorpresa

-Maaa...!- canturreo molesto. Hacía mucho que esa ventana permanecía cubierta con la cortina oscura, limitándole el paso a cualquier brillo proveniente del exterior

-Arriba hijo. Hoy es el día- decía contenta la mujer rubia.

"¿El día? ¿Qué día?" se limito a pensar. A pesar de no estar dormido, aún se sentía algo amodorrado

Un destello de esperanza iluminó su rostro al imaginar el posible regreso de su hermano a casa, porque, ¿por qué otra cosa estaría tan contenta su mamá, si no era el volver a ver a su hijo mayor? Ya que, si no era eso no encontraba algo más interesante o... coherente

Obvio, eso no fue lo que sucedió en realidad, para su mala suerte. Aún no sabían nada del asunto, qué pasaría. Era ilógico que de un día para otro llegara sin avisar

Al ver que su hijo no acataba la orden decidió insistir -No querrás que lleguemos tarde Jeff-

-¿Tarde para qué?- su voz salió áspera, ronca, llena de desconcierto ahora

-Hoy es el cumpleaños de Billy- sonrió su madre, esperando la misma reacción en el otro aunque sabía que no era muy posible. Y no lo fue. Jeff miró a su madre, como si ésta se hubiera hecho un peinado horrible en la cabeza, o como si hubiera dicho un mal chiste, por que lo era, o no?

Atrapado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora