Cap 5... Paseo en Bicicleta

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Celeste

-Pensé que tendría que irme caminando-

Mi hermana se acercaba a mí corriendo con mi madre tras ella, donde ha estacionado nuestro auto

-¿Como crees? Acabamos de llegar, no puedes perderte todavía- dijo Cami tomando mi mochila y colgándose la como cangurera sobre la panza, algo que acostumbra a hacer desde hace mucho

-¿Como te fue, mi amor?- me preguntó mamá abrazando mi cabeza

-Bien...conocí a una chica muy amble. Me ha caído muy bien-

-¿Y los chicos? ¿Que hay de los chicos? ¿Son lindos?- siguió con su interrogatorio, buscando entre mis cosas algo que yo le hubiera comprado de la cafetería o algo más, no lo sé, solo tenía en cuenta que mis dulces de regaliz estaban en peligro

Al instante se bino a mi cabeza la imagen de ese chico: el de ojos azules, y el cabello largo...el que...

-¿Que te pasó aquí?- medio gritó mi madre, tocando la marca en mi frente sin ningún cuidado, como si un moretón fuera una clara invitación a presionarlo

En mi primer día de clases me imaginé de todo, cualquiera tipo de cosas que pudieran pasarme, sólo que jamás imaginé que el chico más lindo, que jamás haya visto aquí en América, me golpeara... Bueno, que causara que yo me golpeara.
Fue casi tan parecido como caerse, pero más vergonzoso que eso, pues ahora yo cargaba con un moretón al lado izquierdo de mi frente. Igual, no creo que lo haya hecho a propósito...verdad?

-Nada- quité la mano de mi mamá, de mal modo al sentir el punzante dolor en mi cabeza -Solo no me fijé por donde iba, y choqué...-

-¿Con el puño de quién?- se burló Camila. Quien aún no encontraba nada de interés en mi mochila

-Con ningún puño. Con una puerta- dije bajito lo último

-¡Que tonta!- canturreo mi hermana, riéndose de forma  extraña, haciéndome reír a mi también

----Mientras tanto----

-Valla amigo, aún no me creo que le hayas pegado a una niña-

Decía, una y otra vez la parlanchina boca de Mike, muy montado su bicicleta, mientras que los otros la arrastraban a los lados de su cuerpo

-Ya deja de molestar me-

Con el rostro aun colorado, Jeff recordaba aquella fea mancha purpura que había visto en la frente de la chica nueva, la que él le había puesto ahí

-Tranquilo, fue un accidente- animó Alex -Ella ya te dijo que no había problema...-

-Ella no, pero Rubí sí- siguió el chico despeinado

-Ya calla te, Mike...-

...

El chasquido de la puerta cerrándose resonó por toda la sala, sin importarle que ahí se encontrara su hermano mayor dormido en el sofá.

Se descolgó la mochila de los hombros, sintiendo al instante un curioso viento frío colarse le por la espalda.
Miró a su hermano dormir tranquilamente sobre el sofá
Liu era la misma pureza en persona, un chico bastante reservado, inteligente y amable con todos. Liu siempre, desde que recordaba, ponía a los demás antes que él mismo, hacía sacrificios para el bien de las perdonas que le importaban de verdad, y dentro de esas personas estaba Jeff; su único hermano y mejor amigo, quien no hacia más que quejarse de su vida y maldecir a todo mundo por su mala suerte, si es que así podía llamarse le.

Liu tenía una linda visión de cómo podría ser su nueva vida lejos de lo que ya se habían acostumbrado: nueva casa, personas por conocer, oportunidades diferentes, quizá hasta un paisaje más bello, e incluso pudo imaginarse caminando por el parque de aquel lugar nuevo, acompañado por la persona que estaría junto a él el resto de sus días, la persona que le cambiaría la vida... Y claro, junto con su hermano menor.

Atrapado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora