Mitomanía ; Fack - (Pausada)

0.26

《|• I'm not happy, I'm not happy for you •|》

X

— Tienes visitas, Wolfhard. — Un hombre de uniforme se puso al frente de las grandes rejas, mirando al azabache inexpresivo. Este se levantó de manera lenta, sin quitarle la vista al oficial que abría la celda.

Finn salió con el hombre a su lado, estaba algo nervioso. Claramente, era su padre el que lo esperaba... ¿Quién más podría ser? Desde que entró a ese pequeño lugar solo imaginó dos cosas.

Que su padre estuviera ya despidiendo a Steve.

O que lo hubiese interrogado, para luego con la información que agarró matarlo a él.

Suspiró agotado, no solo eso estaba en su mente. También lo anterior sucedido con Jack.

Lo habían hecho, Jack lo había perdonado pero... ¿Por qué eso no era lo que quería? Se sintió horrible después de recobrar por completo la conciencia, haciendo hincapié en todo lo sucedido y en el rollo donde se metió.

Mordió su labio inferior, ansioso. Miró a una pequeña sala, encontró al que ya había predicho desde un principio, a su padre ahí dentro.

Cuando se vieron, no fue exactamente emoción lo que sintieron ambos. El oficial le dio una mirada a Tomás y este asintió. Sacó unas llaves de su bolsillo y les quitó las esposas a Finn. El chico frotó sus muñecas al sentirlas libre. Notó como su padre le daba una pequeña sonrisa al hombre de uniforme y este solamente salió, dejándolo a los dos solos.

— Ya que estamos aquí... ¿Podrías explicarme con detalles que pasó? — Se sentó en un pequeño banco al frente de la mesa que los dividía, Finn también se sentó, aún guardando silencio ante su pregunta. — ¿Y entonces, Finn? Ya Steve me contó algo pero realmente... ansío escuchar es tu versión.

Finn frunció su ceño.

— ¿Qué puedo decirte? Confío que Steve te dijera lo que realmente pasó, no debo contar la misma mierda. — Se cruzó de brazos.

Tomás soltó una pequeña carcajada.

— ¿Oh, enserio? Por un momento juré que en verdad era broma. — Negó, aún con pequeñas risas. — A ver, entonces si es verdad que... ¿Una chica semi desnuda salió de mi casa, que fuistes a una fiesta e inhalantes droga que pudo darte una sobredosis extrema y además... llegaste a ver a a Jack en el hospital en ese estado y le hiciste Dios sabrá qué?

Ambos se quedaron en gran silencio, Finn tenía un mal presentimiento de todo esto y Tomás solo estaba sonriendo, de una forma realmente extraña.

— Sí, eso pasó. — Soltó el azabache.

De nuevo, el abrumador silencio. La sonrisa del mayor desapareció por completo en cuestión de segundos.

— Ya veo. — Dijo finalmente. Se levantó del banco y con pasos lentos rodeó la mesa que dividía la cercanía entre él y su hijo. Pero, eso acabó cuando tocó su hombro y con una mueca formándose en sus labios continuar hablando. — Que asco me da pensar que todo lo que hiciste lleva mi apellido de consecuencia, Finn.