New York
Elsa's POV
El momento de la sorpresa había llegado, nos encontramos en un lugar muy agradable, era un pequeño salón de fiestas al aire libre, un hermoso jardín, en cuanto vi a mi hermano corrí a darle un abrazo, mi padre se nos acercó y de igual manera nos abrazó.-Nada me hace más feliz que ver a mis chicos juntos, feliz cumpleaños mis hijos- dijo mi padre mientras nos abrazaba.
la fiesta empezó y todos comenzamos a conversar entre nosotros, me encontraba con Rapunzel agradeciéndole por lo que había hecho, ya que me dijeron que ella fue la organizadora de esta sorpresa , en ese momento la campanilla del lugar sonó, indicando que alguien más había llegado al principio no le tome mucha importancia
-¡Hiccup!, que bueno que viniste amigo- dijo mi hermano, al instante reconocí el nombre y me di la vuelta, fue cuando volví a cruzar miradas con Hiccup, con quien había compartido la cama unas noches atrás, no entendía que es lo que estaba haciendo ahí pero no pude evitar sonreír al verlo de nuevo.Hiccup's POV
La platinada me regaló una amigable sonrisa que me hizo sentir más seguro, de pronto se acercó junto con Jack -Hiccup, te presento a Elsa, mi hermana- claro, como no pude notar el parecido antes, sin embargo me alegraba verla de nuevo, los felicité a ambos y les entregué su respectivo detalle, me invitaron a acercarme donde estaban los demás, reconocí a Flynn y a Rapunzel, quienes me saludaron muy amigablemente.-Que maravilla encontrarte aquí Hiccup, no sabía que eras amigo de mi hijo- me dijo el señor Agnar, mi jefe, en ese momento relacioné todo el rompecabezas, Jack y Elsa eran hermanos, eso convertía a Elsa en hija del señor Agnar, por Dios Hiccup, dormiste con la hija de tu jefe.
-También me da mucho gusto encontrarlo aquí señor- le dije tratando de ocultar mi nerviosismo lo más que pude.
Mire a Elsa quien se encontraba conversando con las demás chicas, supuse que eran sus amigas, mi corazón comenzó a latir demasiado rápido cuando noté que Elsa se dirigía hacia a mi, se acercó y se sentó a mi lado sin decir una palabra provocando un corto silencio.
-Es un lindo brazalete, muchas gracias- hablo Elsa con una sonrisa.
-Me alegra que te haya gustado- le conteste devolviéndole la sonrisa.
-Sabes, no esperaba encontrarte aquí pero admito que me da gusto verte- me dijo Elsa luciendo muy segura.
-Yo me sorprendí al igual que tú- empezábamos a entablar una conversación y eso me alegraba.
-Empecemos de nuevo, ¿Te parece?- me dijo mientras dibujaba una sonrisa en su rostro, la observé detenidamente ya que no podía entender a lo que se refería, lo que causó que Elsa soltara una ligera risa- Te enseño ¿Si?, mi nombre Elsa Frost, es un gusto- me dijo estrechando su mano de manera divertida.
-Es un gusto, Hiccup Haddock, para servirle- le dije correspondiendo el saludo, ella empezó a reír, tomo mi mano y me jalo hacia los demás -¿Qué haces?- le dije riendo.
-Ven vamos, ¿Siempre eres así de serio?- me dijo riendo.
-Supongo que si- le respondí mientras nos acercábamos a los demás.
-Tú debes ser Hiccup ¿No es así?, yo soy Merida, un placer- me dijo una de las amigas de Elsa, con rizado cabello pelirrojo.
-¡Y yo soy Anna!- gritó la otra chica, con el cabello enredado en dos trenzas, el saludo de Anna provocando que Elsa riera.
-Es un gusto señoritas, gracias por invitarme- les respondí de manera educada.
-Gracias a ti por venir hermano- me dijo Jack, mientras me entregaba una copa de vino.
-¡Por Jack y Elsa!- Dijo el señor Agnar alzando su copa iniciando un brindis.
-¡Salud!- dijimos todos al unísono.
La fiesta transcurrió de manera divertida, ya había dicho que no soy mucho de fiestas pero esta vez disfrute pasar tiempo con los chicos, son personas realmente maravillosas, cuando el sol comenzaba a ocultarse, empecé a preocuparme, el lugar en el que me encontraba estaba lejos de mi departamento y mi coche estaba averiado.
-¿Pasa algo amigo?- me pregunto Jack.
-¿Tienes algún número de un taxi?, mi coche está averiado y mi departamento está algo retirado de aquí- le dije un poco preocupado.
-Si quieres yo...- el albino no pudo terminar de hablar ya que fue interrumpido por su hermana.
-Yo te llevo Hiccup, se en donde está tu departamento y no está muy lejos del mío, me queda de paso- me dijo Elsa regalándome una linda sonrisa.
-Claro Elsa, muchas gracias- le conteste agradecido, nos despedimos de los chicos y Elsa me guío a su auto.
-Vamos sube- me dijo amablemente mientras ella se subía al asiento del conductor.
-Eres muy amable al llevarme, muchas gracias- le dije mientras cerraba la puerta del copiloto.
-No es nada- dijo Elsa arrancando el auto, hubo un poco de silencio, yo observaba la ciudad conforme avanzábamos, las brillantes luces que empezaban a adornar la noche en New York, pensando en mi bella ciudad de Boston, después de un rato observando, Elsa me saco de mis pensamientos -A mi también me gusta observar la noche- me dijo sin apartar la mirada del camino.
- "A menudo pienso que la noche está más viva y más rica de colores que el día"- le dije recordando la frase célebre.
-Y también me gusta Van Gogh- me dijo ella mientras reía levemente, yo tampoco pude evitar reír, su risa era contagiosa.
El resto del camino la pasamos conversando, no volvió a surgir otro silencio, me contó que era una diseñadora de modas con un proyecto por delante y que desde niña siempre ha sido ese su sueño, no podía dejar de observarla, era tan hermosa a la luz de la luna.
-Listo, llegamos- me dijo con una linda sonrisa.
-No se cómo agradecerte- le respondí mirándola, nos quedamos un rato mirándonos el uno al otro, el ambiente se tornó diferente, me sentía nervioso por el frío de su mirar, creí que ocurriría algo más pero Elsa reaccionó un poco asustada.
-Fue un gusto, no agradezcas, espero verte pronto Hiccup- me dijo con una sonrisa nerviosa.
-Cuídate mucho, y ten una bonita noche Elsa- le dije mientras bajaba del auto, no tardo mucho en arrancar mientras yo solo la miraba irse, ¿Qué acaba de ocurrir?.
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Amantes inocentes ||Hiccelsa||
Storie d'amoreLa luna brillaba en todo su esplendor en Nueva York, yacían 2 jóvenes enamorados, intentaban evitar el contacto visual, la culpabilidad se apoderaba poco a poco de su mente al igual que la pasión. Rompiendo el silencio la hermosa platinada habló: ...