Sueños Ceniza

Capítulo 6: Enfrentamiento

—("¡Entrenen entre ustedes! ¡Dudo mucho que realmente consiga algún buen recluta en esta base!")— Fue lo primero que gritó apenas abrió la boca para dar alguna orden.

Borsalino, ___  y yo observamos en silencio a los reclutas entrenando entre ellos, golpeándose con puñetazos o simplemente defendiéndose sin llamar la atención de nadie; mezclándose entre el montón que están a su mismo nivel... Nosotros tres fuimos apartados por el capitán, con la esperanza de dejar relucir mínimamente a los más débiles antes que nosotros demostremos de qué estamos hechos.

—Esto ya se está volviendo aburrido...— Volteo al oír una voz desconocida a nuestras espaldas.

Detrás de nosotros hay un hombre bastante grande de cabello, barba y bigote negros (recién creciendo) que bosteza sin disimular su aburrimiento. Puedo ver una gran cicatriz en el lado izquierdo de su rostro, seguramente de alguna batalla antigua... Lleva un traje completamente negro y una camisa de rayas con color base naranja. Nunca antes había visto a ese tipo... ¿De dónde demonios salió?

—Si tanto te aburres, ven a hacer algo en lugar de estar como parásito y dejarme esta evaluación a mí sólo, Garp.— Miro a ___ y Borsalino, quienes levantan los hombros al no tener idea de quién demonios es ese tipo.

—Nah... No tengo ganas ahora mismo... Sólo vine para no tener que oír a Sengoku joderme por comer cuando quiera... Y hablando de eso... ¡Zephyr! ¡¿Tienes algo para comer?!— Veo al almirante observarlo con fastidio... No voy a negarlo. Ese tal Garp y ___ se parecen demasiado.

—No. Vinimos aquí a buscar posibles promesas de la marina, no a alimentarte... Así que haz el favor de ponerte a trabajar o cerrar la boca.

—Tenga. Iba a comer esto mientras esperábamos, pero puede quedárselos.

Veo que ___ saca una pequeña bolsa de galletas de sus bolsillos (Seguro que los cocineros se las hicieron como despedida) y se los da a Garp. Puedo oír al tipo agradecerle y reír al restregarle en la cara al Almirante Zephyr que ha conseguido algo de comer y no piensa darle ni una sola miga... ¡¿Es que acaso ese imbécil es un niño de diez puñeteros años o qué?!

—¡Me caes bien, mocosa! ¡Espero que valgas la pena!— Oigo que le dice el tipo a ___, riendo mientras come.

—¡Mocosa su abuela, viejo de cuarta!— Responde ___ a plena voz.

Todos nos quedamos con los ojos abiertos de par en par, incapaces de creer que ___ fuese tan estúpida como para gritarle a un marine de mayor rango semejante insulto. Observo a mi alrededor de reojo, notando que, incluso el almirante Zephyr se ha quedado en blanco... ¡Míralo bien, ___! ¡Tiene un puto abrigo sobre los hombros! ¡Mínimo es un capitán! Garp sonríe... Hasta parece ligeramente molesto.

—Así que tenemos esas, ¿eh? ¡Zephyr! ¡Ya date prisa, que no te dejaré en paz si nos atrasamos a la cena!— ¡¿Por qué cambió de la nada su amenaza?!— ¡Juro que llenaré tu cama de chinches y otros bi-!— Me quedo de piedra al ver que se queda dormido a la mitad de la oración.

—¿Qué demonios fue eso...?— Susurra Borsalino.

—Por fin algo de silencio... Pero supongo que tiene razón en algo... Vamos muy lento, así que haremos el último ejercicio.— Habla el almirante, provocando que todos nos fijemos en él.— Aquellos que logren darme un puñetazo en la cara, serán seleccionados para acompañarme al cuartel general. Pueden hacer equipos o ir de uno en uno. Es su decisión.

Muchos de los cadetes se miran entre ellos unos segundos antes de correr hacia el almirante, el cual sólo esquiva los ataques sin mucho problema, dando pequeños pasos hacia atrás o a los lados... Ni siquiera intenta darles un golpe o algo así... Es más, sus manos se encuentran en su espalda, reposando y demostrando que no está ni cerca de tomarse en serio a los novatos.