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Las manos del Doctor estaban sobre las sienes de su nueva amiga, Ámbar.
-No, no, no. Prueba otra vez, concéntrate. Así vas bien. - dijo el Doctor
-Para, no puedo concentrarme si parloteas continuamente - dijo Ámbar con el ceño fruncido.
-Perdona. Por ahora es suficiente
-Menos mal, esto agota - comentó Ámbar abriendo los ojos, se separó del Doctor y se dejó caer sobre un asiento de la Tardis.
-Hemos mejorado tus defensas psíquicas bastante. Eso está bien. - dijo el Doctor, mientras que se movía por el panel de control de la Tardis, como un bailarin, ejecutando una complicada danza. Ámbar lo admiraba de reojo.
-Aún no me has dicho dónde vamos - dijo Ámbar.
-Bueno, he pensado que después de Raxacoricofallapatorius y sus selvas y bosques;un jardín podría estar bien. No un jardín cualquiera. El jardín perfecto. Imaginatelo, caminos trazados con esmero, con grava;todo ordenado, flores de todas formas y colores. Y olores - explicó el Doctor.
-Suena bien - dijo la chica.
-Pues rumbo a Zennithia - dijo el Doctor, bajando una palanca.

Muerte VerdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora