Al salir del instituto me dirigí hacia la cerrajería.
-Buenas tardes señorita.- Dijo el señor que me había atendido en la mañana.
-Buenas tardes.
-Su llave.- dijo tendiéndomela luego de buscar unos segundos sobre su mostrador.
-Gracias. ¿Cuánto es?
-Son 7 dólares.
Luego de pagarle, estaba a punto de irme hasta que recordé que le había pedido revisar mi cerradura.-Por cierto, mi cerradura, no hay que cambiarla o algo, ¿no?
-Sobre eso, mi hijo irá a verla en unos minutos, solo espero a que salga del instituto.
-Okey. Adiós.
-Adiós señorita.
Estaba muerta. Al llegar al departamento pensé que podría acostarme, pero debo esperar a que revisen la cerradura y poder estar segura de que nadie entrará a robarme.
Un par de toques en la puerta me sobresaltaron.
-Hola.- Dijo el Rubio alto que se encontraba detrás de esta.
-Hola.
-Eres… am… ¿Nilia?
-Killian.-Respondí con un tono un tanto Reprochador.
-Sí, bueno soy hijo del señor Herssen de la cerrajería.
-Okey. Es esta puerta.-Me di la vuelta y con un movimiento de cabeza la indiqué.
-Puedes ocuparte de tus cosas. Cuando termine te avisaré.
Asentí y me giré. No sabía bien que era lo que tenía que hacer, asique me puse los audífonos y me senté en una silla de la cocina a mirar Instagram.
Luego de un par de minutos, sentí que alguien tocó mi hombro.
-Ya está. No tiene daños, pero está muy desgastada. Lo mejor sería cambiarla.
-Okey, mañana voy a hablar con tu padre, ¿Cuánto te debo?
-Nada, cortesía de la casa por ser nueva en el vecindario.- Lo dijo como si estuviese programado para ser “gentil”.
-Gracias.
Al terminar de decirlo me levanté y pasé frente a él indicando que lo acompañaría hasta la puerta.
-Adiós.- Dijo al estar del otro lado del umbral.
-Adiós.- Iba a cerrar la puerta cuando su brazo detuvo mi acción.
-Soy Derian.
Con un movimiento de cabeza, mirando sus ojos grises asentí y cerré la puerta despacio.
-¡Está muy bueno, joder!- Dije en un susurro pegada a la puerta que minutos atrás había tocado el precioso chico rubio.
¿Me lo tiraría?, Me lo tiraré.
Dejando de lado mis pensamientos impuros, tomé una ducha y me acosté a dormir. Podía tomar una siesta de dos horas antes de ir al trabajo.
#
-Hola.- Exclamé entrando en el bazar.
Extrañamente no había nadie, solo Lucas con su típica camisa y sentado tras el mostrador.
Hola Killian, hoy te toca limpiar los pisos y acomodar la sección “hot”.- Hizo comillas con sus dedos al referirse a la sección menos hot del mundo. En un bazar hay de todo decían, sobre todo para los acostones decían, pero no. En el nuestro solo habían máscaras baratas, consoladores y algún que otro disfraz.
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Almas Rotas ©
Teen Fiction-¿Acaso me odias?- se podía sentir el dolor en mi voz. -Lo único que odio de ti es tu puta manera de controlar mis demonios cuándo nadie más puede...- soltó con rabia y ¿arrepentimiento?. -¿Pero sabes qué?- siguió, pero esta vez con la voz un poco t...