Mayo, 1994
Aquel resultó ser un cálido y soleado día de primavera. Las risas inundaban por completo el ambiente de aquella casa gris, pues en el amplio jardín se celebraba el cumpleaños número seis de una pequeña rubia.
El sonido de las risas infantiles se fusionaba con el murmullo de las conversaciones de los adultos. Los niños corrían por todo el jardín, sin parar de sonreír por sus juegos, pero siendo vigilados atentamente por sus padres.
—¡Yo los atlapo a todos! —gritó un pequeño Trevor intentando correr al mismo ritmo que los demás niños, pero a su vez haciendo decenas de incontables pucheros al no poder alcanzarlos. Especialmente era Fane quien se divertía molestando a su pequeño hermano, ya que encontraba muy entretenido correr alrededor de él dándole esperanzas de poder atraparlo para esquivarlo en el último segundo.
—¡Fane, malo! —Trevor cruzó sus regordetes brazos mientras miraba a su hermano mayor con las mejillas rojas e infladas por el enojo de verlo reírse de él.
—¡Fane, ya no molestes a Trevor! —lo regañó Aurora, llegando hasta el menor de los hermanos Allen, quien para ese momento ya se encontraba haciendo una pataleta—. Tranquilo, Fane ya no te va a molestar —le dijo Aurora con una sonrisa tranquilizadora, mientras ponía su mano sobre el pequeño hombro de Trevor—. Vamos a jugar.
—No quielo jugar con Fane —respondió Trevor.
—Fane ya no te va a molestar —repitió Aurora.
Ambos miraron al pequeño castaño que apenas podía contener la risa de ver la pequeña rabieta de su hermano menor.
—Fane, ¿verdad que lo dejaras jugar?
El pequeño continuó riendo, aún, ante la mirada represiva de Aurora.
—Si sigues molestando a Trevor, ya no voy a jugar contigo —sentenció la rubia, molesta de que el castaño no le hiciera caso.
—Está bien —Fane puso un mini puchero de resignación, pero caminó tranquilamente hasta la rubia y su hermano—. Ya no voy a correr, ya puedes atraparme —le dijo al pequeño de ojos ámbar.
Trevor descruzó sus brazos; miró a Aurora, quien le sonreía; después su atención pasó a su hermano mayor y, por unos segundos, se dedicó a mirarlo fijamente hasta que, sin previo aviso, se abalanzó sobre él. Debido al movimiento imprevisto, tanto Fane como Trevor terminaron cayendo y rodando sobre el pasto.
—¡Auch! —gritó Fane sujetando su brazo, pues su hermano menor acababa de morderlo en medio del ajetreo.
Trevor rio sonoramente mientras se levantaba, después de eso le dio una mirada rápida a su hermano antes de salir corriendo lejos de él.
—¡Trevor! —le gritó Fane, molesto, mientras lo veía huir.
Ante lo sucedido, Aurora comenzó a reírse; aunque trataba de ocultarlo cubriendo su boca con sus pequeñas manos.
—Aury, no te burles de mí —murmuró Fane en medio de un tierno puchero—, eso me dolió —dijo refiriéndose a la mordida que Trevor le había dado.
[***]
Los niños corrían por todo el lugar cuando Dante llegó a la celebración. Al instante su mirada recorrió el lugar en busca de la única persona que le interesaba.
—¡Dante! —pronunció Aurora con emoción al verlo en medio del jardín. La pequeña abandonó su juego mientras corría hacia él—. Qué bueno que viniste.
—Hola, preciosa —murmuró Dante saludando a la pequeña rubia mientras caminaba hacia ella—. Claro que iba a venir —dijo mientras apoyaba una de sus rodillas contra el césped para ponerse a la misma altura de la niña—, por nada del mundo iba a perderme tu cumpleaños, además traje una pequeña sorpresa para ti —sonrió misteriosamente mientras sujetaba con fuerza la caja que sostenía tras su espalda.
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Aurora
Ficción GeneralVERSIÓN 2023 DE MUÑECA DE PORCELANA. Aurora no tenía la culpa, su inocencia no le permitió ver el verdadero monstruo que la acechaba. Ella era una niña, era inocente, era infantil, su alma llena de pureza, no veía la maldad que la rodeaba. Ella son...