Amigo Invisible

Día ocho

Hoy mi madre se levantó más temprano que yo. Como de costumbre. Pero lo interesante está en que cocinó;  ella estaba cocinando a las seis de la mañana, y estaba cocinando para mí. Cuando me desperté, bajé porque mi estómago rugía y ella estaba de espaldas, terminando de limpiar la cocina. 

Casi no la usamos, me dijo, y ahora que lo hago ha quedado hecha un desastre. Ni siquiera supe que decir, eso era cierto, mi madre me dejaba dinero para que pidiera comida o fuera a una comida rápida, pero hoy ella estaba cocinando. Luego ella camino hacia mí y me abrazó, me dijo que me quería y me susurró los buenos días. Me susurró los buenos día. Se sintió bien, se sintió sensacional. Una de las cosas más maravillosas de estar vivo es que tu madre pueda abrazarte con toda naturalidad y decirte cuanto te ama. Es algo que todos deberíamos tener; no importa si tienes dos años, o diez o veinte o sesenta y cuatro años; no importa si eres un ladrón, un policía (que viene a ser casi lo mismo), un bombero, un piloto, un asesino o un torturador. Tal vez el abrazo de una madre puede resolver muchos problemas y ser capaz de cambiar la conducta de muchos hijos allá afuera. Pero tal vez las personas odian ser abrazadas, tal vez se creen muy ejecutivos para que sus madres los abracen y besen delante de sus jefes.

 El caso es que, mi madre me abrazó. El ultimo abrazo que mi mente tiene registrado fue dos días antes que ella se fuera, era mi cumpleaños y ella me abrazo. Ella me abrazaba más antes, tal vez ahora quiera volver a los viejos tiempos, pero jamás podremos, nada volverá a ser igual.

Comimos juntos, sabía que ella estaba apurada por su trabajo, pero no lo dijo; en cambio, me preguntaba cómo estaba, cómo me iba en la escuela y me preguntó sobre ti. Casi me atraganto con la zanahoria. Aun no le digo que eres una chica, perdón. Ella me hablaba de tu amigo, y cuando se refiero a ti como él, no sé porque, pero no la corregí. Tal vez solo siento que no es un buen momento para que ella sepa de ti. Necesito tiempo, mi cabeza y mi corazón necesitan tiempo.