Entre vientos y mareas (TGCF Shi Qing Xuan, He Xuan)

Capítulo 4 Los deseos del corazón de un supremo

En la profundidad de la noche, a la orilla de un riachuelo, sonidos húmedos inundaban el lugar, un supremo en agonía sostenía fuertemente al rededor de sus brazos a un pequeño humano como si su vida dependiera de ello. 

Llevaban tanto tiempo besándose que Shi Qing Xuan ya no sentía más los labios,  fundido entre el abrazo de He Xuan, había perdido todo raciocinio y noción del tiempo, hacía mucho que dejó de pelear y se entregaba totalmente a la intimidad del momento, sus manos recorriendo la espalda del otro, dejando un rastro de calor sobre la piel muerta del supremo.

Inesperadamente He Xuan se apartó del beso, dejando a un Shi Qing Xuan aturdido y de mirada vidriosa, tan perdido en el momento que no entendía lo que sucedía a su al rededor.

Solo le tomo unos segundos recuperar la conciencia para notar la embarazosa posición en la que se encontraba, rodeando con sus piernas la cintura del otro, aferrándose a el, sus manos sobre su espalda recorriendola, y él aún más despeinado y con la ropa alborotada.

Un tinte de rubor apareció en su rostro, convirtiéndose en rojo escarlata y expandiéndose por toda su cara, los ojos de Ming Yi, aún lo miraban embelesado, con sus brazos al rededor de su cintura atrayendolo lo más posible hacia su regazo, su voz sonó casi en un susurro.

"No me dejes.... Por favor, no me abandones" Shi Qing Xuan abrió muy grande los ojos, no entendía que le ocurría a Ming Yi en ese momento, actuaba sumamente extraño, sus palabras fueron tan inesperadas que su expresión solo se quedó en blanco.

Pero He Xuan no esperó una respuesta de Shi Qing Xuan, solo continuó: "Yo ya he perdido todo, perdí a mi familia, perdí todo lo que amaba, por favor.... No me dejes" diciendo esas palabras sus brazos se cerraron sobre la espalda del otro mientras hundía suavemente su rostro en su pecho, en sus brazos el rango de "Supremo" no lo parecía, solo era un pequeño ser con debilidades, que ansiaba un poco de calor y comprensión.

Shi Qing Xuan llevo sus brazos a su cabello y comenzó a revolverlo, mientras muy quedito intentaba consolarlo: "Yo no te dejaré, lo prometo"

Protegidos por el manto de la noche dos hombres adultos se aferraban entre sí, He Xuan parecía un pequeño niño buscando consuelo y dentro de los brazos cálidos de la otra persona tenso su cuerpo y comenzó a sollozar, lagrimeaba y moqueaba soltando palabras erráticas una y otra vez.

Entre sollozos las palabras quedaban entre mezcladas, pero eran bastante claras para el oído del otro, que en ese momento se encontraba bastante cerca de su rostro, podía identificar: "Lo siento... te hice tanto daño... yo no quería herirte... no me dejes... no quiero perder a nadie más... por favor no me abandones"

El corazón de Shi Qing Xuan siempre había sido muy blando y en ese momento solo quería consolar a aquel hombre y decirle que todo estaría bien, y así lo hizo durante horas, eventualmente sus sollozos disminuyeron y su cuerpo se fue relajando, hasta quedarse profundamente dormido, en medio de sus brazos, ese terrible supremo lucía como un joven hermoso cansado y con lagrimas manchando su rostro, no sabía cuanto tiempo guardo esos sentimientos dentro de sí, tan dentro de su corazón que terminó por explotar.

Después de todo lo que hizo tenía remordimientos, Ming Yi, su Ming-xiong no quería hacerle daño y se lo confesó en su agonía, le confesó sus deseos por cercanía y amor, su temor de perderlo todo, el miedo que le provocó perder a sus seres amados y el terror que tenía de perderle a el también, quizás Ming-xion no se encontraba en ese lugar por casualidad, dentro de su ser ansiaba ver a su viejo amigo y terminó por llegar hacia donde estaba, tendido entre sus brazos, añorando su calor.

Shi Qing Xuan lo abrazo más y beso su cabello despeinado, su posición no era muy cómoda, así que recostó la cabeza de su amigo en su regazo, para que descansara lo que hiciera falta, no mucho tiempo después el agotamiento lo golpeo por completo y termino por dormirse contra un árbol con el supremo aún descansando sobre él.