Capítulo 5 Un nuevo dios asciende

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La apertura del monte TongLu se acercaba cada vez más y con ello, He Xuan se hacía más y más débil, incapaz de regresar a sus dominios se paso los días con  Shi Qing Xuan, a pesar de su lesión corría de un lado a otro, siempre en frente de los problemas, ahora podía comprender por que sus heridas parecían nunca sanar.

No es que  Shi Qing Xuan tuviera una mala suerte, solamente él mismo decidía meterse en las fauces de los lobos, si una damisela necesitaba ayuda, saltaba sin pensarlo dos veces, niños, ancianos y mendigos acudían a él cada que se encontraban en problemas, en la gran ciudad no había nadie que no escuchara de Old Feng.

El confiable Old Feng, con todo aquel que cruzara miradas y palabras ganaba su respeto y amistad, la comida nunca parecía faltarle, en algunas ocasiones le ofrecían ropa y posadas para pasar la noche pero siempre terminaba por rechazarlas, He Xuan aún no entendía del todo que es lo que cruzaba por su mente, viviendo de esa manera pobre y descuidada, no era por falta de oportunidades, más bien, parecía decisión propia.

"Es una expiación de mi parte" He Xuan no aguantó por más tiempo su curiosidad y le preguntó el porque de su actitud, pero ¿expiación?, ante su mueca confusa  Shi Qing Xuan replicó.

"Así es, siento que le debo mucho a esta vida, por muchos años, siglos, yo viví una vida que no me pertenecía, robando la buena fortuna de otros, haré lo que esté en mis manos para compensar esos años, no me veas así jajaja, no sientas lastima por mí, estoy bien de esta manera, mientras tenga la barriga llena, paja para dormir y buena compañía, no puedo pedir nada más"

He Xuan sabía que  Shi Qing Xuan era una persona sencilla, pero no esperaba ese nivel de filantropismo, aunque ahora, después de pasar unos días corriendo a su lado, su corazón se encontraba más tranquilo, a pesar de las dificultades y su situación actual, él estaba bien, se encontraba feliz, y lo más importante para el supremo, seguía siendo el mismo, sin perder su sonrisa, sin perder su carácter y su amor propio, lo reconfortaba.

Pasaron los días corriendo de un lado hacia otro, Xe Huan a veces olvidaba su apariencia actual, cada vez más despeinado y despreocupado, además de sucio, el mismo lucía como un mendigo en ese momento, sin olvidar que no pudo regresar a su forma actual y seguía luciendo como una chica, los mendigos en las calles comenzaron a esparcir el rumor que la joven recién llegada era una joven ama que huyó pare reunirse con su amado en desgracia, no era como si al demonio le importaran los chismes, pero sentía esa familiar presión en el pecho cada que alguien mencionaba aquellos rumores, mientras  Shi Qing Xuan solo negaba frenéticamente.

No había encontrado alguna oportunidad de regresar su abanico, y en ese punto sintió que no era necesario que lo tuviera, después de todo ese tiempo él había cambiado, no quedaba mucho rastro de aquel joven rico y mimado que se batía con un abanico, decidió guardarlo y quizás en alguna situación en el futuro se lo entregaría.

Del mismo modo en el que llegó He Xuan un día desapareció, al despertar  Shi Qing Xuan no lo encontró durmiendo junto a él y en su lugar dejó un improvisado abanico hecho de papel, el ex dios del viento lo tomo en sus manos y se abanicó con el con nostalgia: "Idiota, no sirve de nada" se rió con tristeza mientras guardaba en su túnica el preciado regalo.

El supremo se marchó tan pronto recuperó sus fuerzas  Shi Qing Xuan sabía que no se quedaría para siempre, pero se acostumbró a su compañía, tanto, que sintió una profunda soledad cuando se fue.

Comenzó sus días de nuevo como los pasaba antes de encontrarse con He Xuan, aún salvando a la gente común y corriendo por todos lados, hasta que un día un cultivador vestido de blanco entro al viejo templo en ruinas, ¿cómo no reconocer a ese cultivador?, después de no ver a su amigo quería correr hacia sus brazos y estrecharlo, pero sintió vergüenza, sabía que lo que estaba haciendo era un trabajo muy digno y no desperdició sus días, pero su apariencia era demasiado descuidada y sucia, ni Xie Lian como recogedor de chatarra lucía así.

Entre vientos y mareas (TGCF Shi Qing Xuan, He Xuan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora