En medio de una ciudad bulliciosa y llena de desenfreno reposaba un pequeño templo, justo entre una vieja plaza y lo que parecía ser un burdel.
La ubicación no podía ser más penosa, y la estructura se caía a pedazos, pero tenía nuevas tejas, además de eso parecía que alguien estaba reparando las paredes con una mezcla de barro.
La zona roja olía a colorete y perfumes baratos, justo cuando creía que no era vista, una pequeña joven corrió desde la puerta trasera del burdel, llevaba a cuestas una sabana con algunos objetos envueltos.
Cubriéndose con la oscuridad de la noche sacó con cuidado los objetos, unos utensilios muy burdos que parecían platos junto con una caja vieja de madera, fueron colocados en la mesa destartalada, un vaso fungía como florero, vertió un poco de agua desde una botella y llenó el vaso con flores que recogió del parque.
Poco a poco esa pequeña mesa comenzaba a verse un poco más como una ofrenda, solo para terminar colocó unos bollos un poco viejos en el plato, y con cuidado encendió un incienso que robó de su habitación, quizás el olor no era agradable, pero era mejor que nada.
Con el corazón puesto en su petición, esperaba poder ser escuchada, al menos solo una vez.
El propio templo no había sido construido por ella, algunos limosneros y niños lo habían construido para la nueva diosa, ella misma se consideraba una persona tonta y poco culta, por eso solo podía ser tratada como prostituta, pero había decido creerles, algo le decía que podía creerles.
No podía recordar lo que significaba la libertad, había sido vendida al burdel cuando solo tenía 12 años, después de vivir en ese lugar durante 4 años, aún no reunía el dinero suficiente para comprar su libertad, y estaba segura que nunca lo reuniría.
Ellos le decían que no era una esclava, solo una trabajadora, pero sabía que no era así, le cobraban por cada hogaza de pan que comía, y cada gota que tomaba, el precio era más alto que el dinero que ganaba.
Pero no estaba orando por ella.
No hacía mucho llegó una niña más, tan pequeña y escuálida, tenía solo 10 y su destino ya era bastante cruel, si pudiera pedir algo sería que esa niña pudiera vivir, nadie merecía una vida como ola suya.
Sin querer, su estomago protestó, lo que estaba dejando era su comida de todo el día, pero no podía ser egoísta, el siguiente día podría obtener más, una noche de hambre no era nada.
Aún rezaba con sus ojos muy cerrados cuando una fragancia inundó el lugar, pudo oler el dulce sabor de algunos bollos, como los bollos que le ofrecen a los clientes, no esos duros que se quedan de días anteriores con los que las alimentaban.
Abrió los ojos para toparse con unos hermosos ojos verdes, un joven le sonreía con un plato de bollos en mano, su sonrisa parecía iluminar la noche oscura.
Con un shock momentáneo no pudo procesar lo que estaba pasando, ¿quién era ese noble tan guapo?
Sus ropas no se veían elegantes, pero tampoco parecían baratas, llevaba un adorno sencillo y el cabello suelto, pensando que no había entendido su significado, el joven acercó el plato aún más a la chica.
"Hola, debes tener hambre, ¿te apetece algo de cenar?"
La chica asintió con la cabeza, aún en trance y con cautela tomó uno de los bollos, como lo suponía aún estaba caliente y muy fragante, sin esperar más lo mordió para llenar su estomago, el joven rió de alegría ante ello.
"Puedes tenerlos todos, son para ti, dime ¿a qué has venido?"
Por alguna razón no detectaba malicia en el joven, así que se atrevió a hablar de su vida, a pesar de que a nadie nunca le había importado, ese chico la escuchaba con suma atención, lagrimas amargas se escurrieron por sus mejillas cuando terminó.
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Entre vientos y mareas (TGCF Shi Qing Xuan, He Xuan)
Fanfiction¿Qué fue lo que ocurrió durante el tiempo que el señor del viento estuvo desaparecido? ¿He Xuan realmente lo dejó solo y a su suerte? los personajes no me pertenecen, es un fanfic sobre Mo Xiang Tong Xiu la imagen de la portada tampoco me pertenece...