cinco.

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En aquel último mes antes del regreso a clases, el tiempo pareció transcurrir más rápido que nunca. Los días pasaban uno tras otro, de forma casi rutinaria; levantarse de la cama, visitar la piscina de Jeno, ir al gimnasio (eso cada varios días, en realidad). Y después de eso remolonear por lo sobrante del día, yendo a tomar helado con sus amigos o hablando hasta las tantas en un desértico parque.

O al menos así era para DongHyuck, que salvo un par de excepciones no había cambiado su forma de vida: los mismos despertares tardíos, quedadas calurosas que tan solo eran aliviadas por el agua clorada de la piscina, y las tardes interminables tirado en el sofá. Cómo en aquel momento. Quizás por eso estaba siendo un verano tan aburrido. Pero tampoco podía pedir más, viviendo en aquella pequeña ciudad que poco tenía en comparación a la capital, donde pocas cosas se podían hacer.

Tampoco sabía decir qué era lo que le faltaba, tenía a su familia, sus amigos, y algún par de lugares a los que frecuentar cuando no había nada que hacer. Podría ser...— Necesito un romance veraniego.

Tras aquella afirmación, Yerim, que estaba tumbada a su lado, le metió una patada con el talón del pie. El mayor se quejó, devolviéndole el golpe en forma de un manotazo en la rodilla. Yerim habló.— Pero si ya se está acabando el verano.

No era ninguna mentira. Realmente quedaban pocas semanas para el comienzo del curso, y DongHyuck no sabía realmente si alegrarse o celebrarlo llorando contra la almohada porque tendría que ver a los aburridos de sus profesores y a los pelotas de sus compañeros de curso.

Probablemente lloraría.

El lado bueno era que al fin se marcharía el odioso calor estival que hacía que estuviese sudado todo el día. Una lástima que los helados, piscinas y fiestas se marchasen también. Podría tener todas esas cosas en pleno invierno, claro, pero no eran lo mismo. No pegaban igual de fuerte.

DongHyuck suspiró, decidido y con un plan al que ceñirse.— Da igual. El viernes que viene, cuando salgamos por la noche, voy a hacer que alguien se enamore de mí. Y follaremos.

— Ugh, cállate.— se quejó su hermana menor, tapándose los oídos como si aquello realmente sirviese de algo. La mueca en su cara hizo reír al castaño, pero pronto se relajó.— ¿Al final han accedido los chicos a venir?

DongHyuck asintió. Yerim pataleó al aire con ilusión.

Después de aquello la conversación murió lentamente, silenciando poco a poco las risitas de Yerim hasta quedar en silencio. Tan solo se escuchaba ahora el murmullo de la tele, que emitía un canal al que ninguno de los hermanos prestaba atención, cada uno pensando en cosas totalmente diferentes. Probablemente era la teletienda, a decir por el tono de voz del presentador.

DongHyuck agarró entonces su teléfono, que estaba al borde del sofá y a instantes de caerse. Por suerte no sucedió nada, y el muchacho pudo encenderlo sin complicaciones, siendo bienvenido por la notificación de poca batería restante. También había un par de mensajes de Renjun.

loml:
oye feo de mrda.

loml:
contéstame !!

yo:
qué

Tras un par de segundos, Renjun ya había contestado al último mensaje.

loml:
al final vamos al cine ésta tarde?

yo:
clar

loml:
🤡

yo:
q pasa?

loml:
pues que iba a quedar con mi crush. ya nada lol.

yo:
bros b4 hoes, ya sabes.

dance!! ;;ᴍᴀʀᴋʜʏᴜᴄᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora