Bellarke (One shots)

Day trip (Parte 3)

ADVERTENCIA
CONTENIDO SEXOSO :)

Clarke

Después de organizar y acomodar todo dentro de la tienda de acampar me dispuse a buscar a Bellamy. Ya había pasado como una hora desde nuestro regreso y desde entonces no nos habíamos dirigido la palabra. Pero sentía unas mariposas revoloteando en mi interior con solo recordar todo lo que pasó en aquel almacén viejo y abandonado.

Recordé como Finn nos miraba con recelo y odio, bueno, éste último solo era para Bellamy. Y creí que iba a sentir algo con sus visibles celos pero la verdad es que me sentí tan bien conmigo misma por desapegarme de él. No pude ocultar una sonrisa de victoria y orgullo cuando nos marchamos para depositar las armas dentro de la nave. Realmente ese viaje me había ayudado demasiado, o mejor dicho, alguien.

Salí de la tienda y encontré a Bellamy hablando con Octavia en el borde del campamento. Ella estaba cubierta por una de las mantas que encontramos y supuse que estaban arreglando sus problemas.

- Bellamy - lo llamé - es hora.

Él se giró para verme y desde mi posición podía notar el nerviosismo que lo consumía. Apenas había podido convencerlo de llevar esto a cabo durante el trayecto de regreso. Le echó una última mirada a su hermana quien se quedó recargada en el muro observando al oscuro bosque y caminó hacia mí. Mis piernas comenzaron a temblar conforme él se acercaba más y más. Y un montón de recuerdos me asaltaron erizándome la piel.

Bellamy se detuvo y miró a Octavia.

- El terrestre que escapó... ¿fuiste tú? - su tono de voz era sereno, sabía que intentaba con todas sus fuerzas no ser duro con ella.

- Yo no fui - respondió.

Él se mantuvo cabizbajo y me miró después de unos segundos hasta que su hermana volvió a hablar.

- Gracias por la manta.

Observé atenta a su reacción, esperaba que su relación mejorara y que ambos estuviesen bien.

Bellamy se alejó a paso lento de ahí y poco después llegó a mi lado. Sus ojos brillaron con coqueteo y me dedicó una pequeña sonrisa antes de entrar a la tienda. Ya estando dentro nos miramos durante unos largos segundos sintiendo una gran tensión sexual. Lo atrapé mirándome con deseo, arrastrando su mirada por todo mi cuerpo y aquel acto encendió una llama en mi interior. Tuve que morder mi labio ante los pensamientos sucios que llegaban a mi cabeza con solo mirarlo ahí de pie. Y cuando estaba a punto de ceder el control de mi cuerpo a la lujuria escuchamos un sonido del monitor llamando nuestra atención.

Acababa de proyectarse la viva imagen de nuestro canciller y noté como la mandíbula de Bellamy se tensaba con tan solo verlo. Me acerqué a una silla y me senté esperando que él me siguiese. Por suerte lo hizo y ambos nos colocamos los auriculares.

- Señor Blake... - la gruesa voz del hombre se escuchó claramente - quería hablarle desde hace mucho tiempo.

Bellamy se tensó a mi lado apretando sus manos en puños por lo que tomé la iniciativa para defenderlo.

- Antes de que lo haga... quiero decir algo - ambos me miraron sin pestañear y tuve que aclararme la garganta para continuar - cuando nos envió aquí... nos envió a morir. Pero milagrosamente la mayoría de nosotros continuamos con vida.

Jaha me miraba desafiante, un tanto asombrado de que estuviese defendiendo a su agresor.

- En gran parte se debe a él, se debe a Bellamy.

Éste me miró con una intensidad indescriptible, sabía que en el fondo no se podía creer todavía que lo estuviese ayudando.

- Es uno de nosotros - dije enfatizado cada palabra - y se merece que lo perdonen por sus crímenes como el resto de nosotros.