Mi Familia y Yo [MISHYY #3]

Capítulo 15

ʟᴇᴀʜ: (Hija de Logan)

—Sí papá, estoy por llegar...

—Está bien, llámame cuando vayas a terminar tu sesión, yo iré por ti

—Claro

—Te quiero hija, ¿Lo sabes verdad?

Suspiro.

—Yo también papá, nos vemos

Cuelgo y guardo mi celular en mi bolso para entrar a la clínica, tan limpia, tranquila y con sólo la televisión hablando sobre chismes que entretienen a la recepcionista. Ella voltea a verme enseguida y me sonríe.

—Hola Leah, ¿Cómo estás?

—Bien, gracias—sonrío un poco.

—Estela se encuentra con alguien más, si gustas tomar asiento o ir al area de dibujo, yo te llamaré—me sonríe amable, le devuelvo el gesto mientras asiento y me dirijo al área de dibujo.

Siempre me siento en casa porque me recuerda a mi madre, tan amable, dulce y cálida.

ᚐᘉ≬ᘉᚐ

Susan:

Resoplo y me cruzo de brazos mientras veo como lleva su celular a su oreja.

A mi padre lo único que le importa es su estúpida banda, lo llama en vano.

—Connor, que bueno que al fin te dignas a contestar... Mira, no sé qué es lo que te mantiene ocupado pero creo que no es más importante que tú hija...—me mira de soslayo y frunce el ceño.—¿Cómo? No, tienes una muy mala idea de la razón por la que los chicos viven aquí conmigo...

Sale de la habitación más enojado de lo que estaba conmigo. Suspiro.

Cómo dije, en vano.

Golpean la puerta de manera apenas audible, frunzo el ceño por eso y me levanto para abrir la puerta pero entra antes de que yo llegue.

—Hola—saluda con rapidez, sin mirarme.

—¿Qué pasa?—me cruzo de brazos.

Ella se soba el brazo mientras evita mi mirada por completo.

—Sólo venía a pedirte disculpas por la discusión...

Ruedo los ojos.

—¿Te mandó el tío Max?

Ella niega.

—No, me siento muy mal por haber peleado con ustedes, somos familia y no tenemos que pelear por esas cosas

Suspiro.

—Bien

Paso de ella para ir a la cocina porque muero de hambre.

—¿Bien? ¿Es todo?

Volteo a verla con una ceja arriba.

—¿Qué querías?

—¡Una disculpa también! Todo inició por tu culpa

Frunzo el ceño.

—¿Disculpa? Pero tú me empujaste