Moonlight {Geralt de Rivia}

6 |Espectador|

Si hubiera un espectador que no corriera peligro la vista sería bastante cómica para esa persona, o por lo menos entretenida.

Geralt de Rivia se encontraba oculto tras un árbol que apenas cubría la anchura de su cuerpo y Love de Kovir estaba frente a él, luciendo aún más menuda de lo que lucía usualmente debido a todas las ramas que parecían medir lo mismo que ella.

Quien no entendiera la escena creería que ambas estaban espiando a la mujer de terrible cabellera y vestidura extraña que caminaba de un lado a otro desorientada, eso sí ignoraba la piel verduzca y demás aspectos que le daban una apariencia monstruosa.

En realidad, no había nada cómico en esa escena además de la pareja oculta en el bosque.

—¿Algún plan para encargarte de la gorgona imaginaria? —Claramente a pesar de estar en peligro real, de la sangre que cubría sus manos y se deslizaba desde sus oídos hasta su cuello Love no iba a desperdiciar ninguna oportunidad para fastidiar al brujo y recalcarle que tenía razón.

—Tu eres la hechicera ¿no debes formular tú el plan? —Rodó claramente los ojos, pero volvió su mirada a la gorgona que parecía extraviada, caminando de un lado al otro con las manos extendidas hacia adelante, como si ya no pudiera ver y con ellas tratara de evitar chocar con algo.

Viéndola bien no parecía peligrosa, parecía extraviada y nada más, no digna de ser asesinada.

—¿Yo soy la qué? —Con esas simples palabras Love llamó la atención del brujo, que la vio un solo segundo para no perder de vista a la gorgona, pudo notar su rostro contorsionado en una mueca confundida y las manos manchadas de sangre seca levantadas para hacer su semblante aún más notorio.

—La hechicera. —Repitió claramente molesto por estar discutiendo ese tema cuando había una criatura que nunca había visto paseándose de un lado al otro ante ellos.

—Yo no soy una hechicera. —Geralt rodó los ojos ante esa declaración, cansado de bromas y mentiras. —Ni siquiera entiendo bien qué hacen además de dar consejos que nadie sigue.

Geralt se dio la vuelta para encararla una vez más, perdiendo el objetivo real: la gorgona.

—No hace falta más mentiras.

—¿Cuáles mentiras? Yo nunca te he mentido, Geralt. —Soltó tan ofendida y con tanta convicción que él casi le cree. —A ver, dime una sola vez que te haya dicho alguna mentira, solo una y me disculparé por ello.

La mente del brujo se quedó tan blanca como su cabello.

Tenía razón, nunca le había mentido, aunque siendo realistas tampoco es que hubieran hablado largo y tendido, tenían más comunicación en sus sueños eróticos que en la vida real.

Prefirió callarse y se dio la vuelta de nuevo para vigilar el objetivo, pero en cuanto lo hizo resultó que la gorgona se había ido.

—Mierda. —Maldijo sonoramente viendo alrededor, pero no había señales de ella, ni siquiera vio pasos marcados en el suelo ¡nada! Se había esfumado. Love lo había distraído de nuevo.