17.

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Hellooooo, aquí haciendo acto de presencia 😅😊
Niccole_am lo prometido días atrás 😉💖
Disfruten el capítulo, ahora veremos qué pasó con el pequeño Minhyuk...
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—Por allá —les señaló Yoona indicando hacía una ambulancia. Luego se secó las lágrimas y añadió—. El bebé… —un ataque de tos le impidió terminar la frase.

Taemin rogaba en silencio que nada le hubiera ocurrido a su hijo cuando de pronto comprendió las violentas reacciones de Minho y de los padres de Timoteo al enfrentarse a la muerte de sus respectivos hijos. Perder a un marido era duro, por mucho que se hubiera convertido en un extraño, pero perder a un hijo… Los hijos, tuvieran la edad que tuvieran, ocupaban el corazón de los padres, y nada podía borrar una pérdida como aquella. 

Taemin espero a que la mujer terminará la frase antes de apresurarse a correr en busca de su hijo. Se esforzó por razonar positivamente y respirar con calma. En cuanto todo aquello terminara les mandaría a los Kim una carta con fotografías de su nieto. Y les diría que comprendía su dolor. Trataría de llegar a un acuerdo con ellos que les permitiera ver a Minhyuk sin renunciar por ello a su bebé. A menos que hubiera ocurrido algo que… 

Pero no, no podía ser. 

—Tranquila, Yoona —la tranquilizó Minho con voz profunda y tensa—. ¿Necesitas oxígeno? ¿Agua? 

Sin pensarlo dos veces, Taemin alargó las manos y las posó sobre las de Minho, que lo abrazaba por los hombros. La secretaria sacudió la cabeza. 

—Dame… —luego levantó una mano y comenzó de nuevo a toser. 

Taemin se inclinó hacia adelante. Sólo podía soportar aquellos instantes con el apoyo de Minho. Una vez más necesitaba su fuerza para sobrevivir a los acontecimientos, y una vez más estaba junto a él. Igual que en el momento de nacer Minhyuk. Taemin apoyó agradecido la cabeza contra el pecho de Choi, contento de no tener que pasar por aquello solo. 

Finalmente Yoona pudo respirar bien y contestar.

—Los médicos insistieron en examinarlo —dijo señalando hacia la ambulancia—, pero respiraba cuando yo lo saqué de la cuna. 

—¡Gracias a Dios! —exclamó el rubio dejando escapar el aire contenido en sus pulmones y volviéndose para marcharse. 

Yoona lo detuvo con un gesto de la mano. 

—Minho… Taemin… Yo… 

Taemin luchó contra sus ansias de correr en pos de su hijo. Sabía que los médicos le estaban procurando todos los cuidados que necesitaba, y era evidente que la amiga de Minho necesitaba decirles algo. 

—Suéltalo ya, Yoona —dijo Minho—. ¿Qué diablos ocurrió? 

Él torció la cabeza y miró a Minho. Volvía a mostrarse duro. Tenía los puños cerrados, la mandíbula tensa. Observaba la escena como si fuera un idiota, sin notar la palidez del semblante de su amiga. Aquello acabó con la indecisión de Lee. Mientras supiera que Minhyuk estaba bien podía permitirse el lujo de perder unos instantes defendiendo a la mujer que había salvado a su hijo. No iba a dejar a Yoona sola, a merced de Minho. 

—Según parece se ha quemado el edificio que está al final de la calle —comenzó la mujer a explicar—. El bombero que me dio el oxígeno me dijo que habían logrado controlar el fuego, pero que el humo se esparcía por toda la planta superior del edificio —añadió volviendo la vista hacia Taemin—. ¡Oh, Tae, lo siento mucho! 

Un Chico EnigmáticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora