τρία

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Shang Qinghua estaba muy cómodo, en ese momento no le importaba nada, ni los capítulos de la novela, ni el editor, ni siquiera las críticas de su querido amigo.

En ese momento lo más importante era descansar junto a esa almohada fresca gigante. Si bien no era la más blanda del mundo sí que era la más fresquita, y eso a Qinghua le encantaba.

Dormir abrazado a ella era un completo sueño, si todos sus días eran así entonces no le importaba seguir siendo rehén de los traficantes.

.1.

.2.

.3.

¡¿QUÉ DEMONIOS?!

Un momento, ¿desde cuando tenía una almohada gigante en esa pequeña habitación?

Uy esa pregunta se la sabía muy bien.

Desde... Emmm ah sí, NUNCA LA HA TENIDO.

Con el corazón acelerado y sintiendo como empezaba a sudar a pesar de no tener calor Shang Qinghua abrió poco a poco los ojos para así encontrarse abrazado a los abdominales más bonitos que había visto en su vida.

"¿Estoy en el paraíso?"

Su mirada bajó para asegurarse de que allí abajo no habían piernas sino una larga cola de pez.
Una vez confirmó que no lo había soñado, finalmente miró hacia arriba para encontrarse con la fija mirada del tritón.

Sin pensarlo mucho y exaltado Qinghua cayó bruscamente de la cama bajo la mirada de su acompañante adonis/depredador.

"—B-buenos días " -Sin ninguna respuesta por parte del otro, Shan Qinghua decidió hablar un poco más y así aligerar un poco el ambiente.- "E-Esto, me llamo Shan Qinghua, pero me puede llamar Qinghua a secas, es más ¡puede llamarme como quiera! Y soy más útil vivo que muerto se lo juro. Oh no ya estoy hablando demasiado ¿no? Mejor me callo."

Y un silencio sepulcral llenó la habitación, siendo escuchadas únicamente las olas y las respiraciones de ambos en la habitación. Qinghua esperó de rodillas frente a la imponente criatura, cabizbajo y temblando.

"Por favor no me mates, por favor no me mates, por favor no me mates."

Esas eran las únicas palabras que pasaban una y otra vez por la cabeza del escritor.

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"¿Uh?"

Shang Qinghua levantó su cabeza confuso, cuando el tritón vio la confusión reflejada en la cara del escritor, suspiró pesadamente.

"—Mobei Jun, ese es mi nombre, humano."

Shang Qinghua estaba seguro de muchas cosas en la vida, pero acababa de encontrar la voz más varonil y atractiva de toda su vida, y de eso sí que estaba seguro.

Al no ver respuesta por parte del humano, Mobei Jun frunció el ceño mientras dejaba escapar un suave gruñido para llamar la atención del escritor, quien seguía quieto como una estatua y con la boca abierta.

"— Ah, ¡ah sí! Un gusto mi rey."

Entonces Shan Qinghua se quedó callado, debido a la imponente figura y su aura de realeza, las palabras salieron de su boca de forma espontánea, temiendo haber hecho algún error, Qinghua miró lentamente y con ojos llorosos al tritón, quien para su sorpresa no estaba enfadado, tampoco estaba feliz, bueno, cómo iba a saber Qinghua cómo se sentía, si esa hermosa cara se mantenía estoica y fría.

"Es una belleza glaciar, dios mío cómo puede ser tan hermoso y amenazante a la vez, espera ¿eso siquiera es posible?"

Entonces, ese incómodo silencio (al menos para Shang Qinghua) fue interrumpido por los pesados pasos de un marinero, quien miró por la pequeña ranura que la puerta tenía.

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