τέσσερα

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Habían pasado ya varias semanas juntos. Y con el tiempo la actitud de su rey hacia él fue cambiando drásticamente.

A lo que Shang Qinghua se refería es a que al principio las conversaciones eran casi inexistentes y sólo interactuaron para las necesidades básicas, como comer o hidratar al tritón con la escasa agua que les era proporcionada únicamente para no dejar morir a Mobei Jun.
Así el silencio insoportable era parte de la rutina de Qinghua y esa fue la razón  por la que éste, un día, comenzó escribir un pequeño cuento al que llamó; "Diario de un humano congelado encerrado junto a un tritón helado"

Si bien no era el mejor nombre, tampoco se le podía pedir más a un pobre escritor con los pelos erizados y mareado por el movimiento del barco.

Después de unos días, al final el tritón se interesó por lo que Shan Qinghua hacía.

"— Humano ¿Qué estás haciendo?"

"— Un pequeño diario mi rey. Nada importante. "

"— Hmm, yo decidiré si es importante o no" -Mobei Jun hizo una pausa para después proseguir - "— Y ¿sobre qué escribes?"

"— E-esto sobre el día a día mi señor, nada que tenga impor-, son sólo cosas triviales"

Shan Qinghua corrigió su error rápidamente.

Su rey se mantuvo callado durante un tiempo y entonces Shan Qinghua se dispuso seguir escribiendo su diario (y pequeño testamento en secreto) pero de repente se sobresaltó cuando escuchó la voz del tritón.

"— En vez de escribir sin ninguna finalidad, ¿por qué no escribes sobre la especie de tu señor? ¿Acaso no es el trabajo de un buen siervo, conocer los gustos y características de su señor?"

"— P-pero mi rey, a penas sé algo de su especie."

Entonces el tritón lo miró fijamente, con confusión y en su cara estaba reflejada la frase "¿Eres tonto? "

" — Entonces pregunta y yo decidiré si contestarte o no. "

Shan Qinghua no se lo podía creer, lo que su señor le brindaba era una oportunidad para conocer mejor a las sirenas, y por lo tanto tener más material para sus futuros libros (si llegaba a salir con vida de su situación). A pesar de las circunstancias, Qinghua estaba profundamente agradecido y muy emocionado.

Esa tarde, Shan Qinghua aprendió un poco más sobre la cultura de la gente del mar, así como que en realidad, Mobei Jun sí formaba parte de la realeza y sobre cómo habían diferentes tipos de sirenas, cada una con diferentes características que dependían de su habitad natural, desde aguas heladas, profundas y oscuras, hasta aguas cristalinas en lugares tropicales.

Oh, Shang Qinghua recuerda eso, a partir de ese día, las conversaciones fluyeron con naturalidad, y así poco a poco la compañía se iba volviendo cada vez más y más agradable, o en el caso de Mobei Jun, aceptable.

Shang Qinghua también recuerda el día en el que su rey tuvo curiosidad sobre el aparato reproductor masculino del ser humano, y el cuerpo humano en general, sobre todo esos "extraños apéndices", como su rey llamaba a las piernas. 

Ser inspeccionado de esa manera no fue agradable, las sensaciones eran una mezcla entre vergüenza, y el fuerte deseo de la muerte y que la tierra se lo tragase.

"— Es... Interesante, ya puedes cubrirte."

Shan Qinghua se quedó callado mientras que rápidamente se subía la ropa interior y los pantalones. No sabía como sentirse al respecto, agradecido o insultado.

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