ένα

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Al Shang Qinghua de 5 años le encantaba escuchar a su madre leerle cuentos.

Y entre todos ellos, su favorito sin ninguna duda era el de "La sirenita"

Debido a eso, llevaba siempre con él un libro, que tenía como portada a una mujer con cola de pez. Lo leía en casa, en el parque, en la guardería e incluso se lo leía a su mejor amigo, Shen Qingqiu hasta que le pegara con un abanico de papel, harto de Shang Qinghua.

 Después de mucho tiempo estudiando, o más bien, sobreviviendo como pudo a los numerosos exámenes y deberes a base de cuantiosos litros de cafeína en sangre, Shan Qinghua pudo por fin adentrarse en el mundo adulto, para cumplir con su pasión, ser escritor.

No obstante pronto se dio cuenta de que la realidad no era como el soñaba, y entonces se vio a sí mismo, triplicando la cantidad de café en sangre, llorando al ver las fechas límite y adaptándose a las demandas de sus lectores lo que lo obligaban a escribir continuamente situaciones explícitas sin nada de trama, y si había alguna trama era simplemente un paso previo para otra escena de pa pa pa.

Gracias a esto Qinghua a sus 21 años consiguió dos cosas, la primera fue que su mejor amigo de la infancia, Shen Qingqiu, comenzara a criticar al máximo sus novelas.

Y la segunda, fue escribir relaciones sexuales sin parar siendo virgen, y además, tener que vivir de ello.

No hace falta mencionar que ambos logros no eran los deseados por el escritor, al que le aumentó considerablemente su estrés y su pensamientos negativos dirigidos a la vida. A pesar de todo, sus amor por los seres mitológicos nunca disminuyó, aunque eso también era algo de lo que se burlaba Shen Qingqiu.

Shang Qinghua sabía que su mejor y único amigo, a pesar de ser tan duro con él, en el fondo le quería. También se lamentaba por todos aquellos niños que tenían a su mejor amigo como profesor. Y así silenciosamente, rezaba una oración por cada uno de ellos cada noche.

El día más feliz de su vida, fue cuando aparecieron las primeras imágenes de seres mitad humano y mitad pez siendo avisados por las orillas del mar en directo. Estuvo repitiéndole la noticia una y otra vez a Shen Qingqiu día y noche, soñando despierto y a la vez haciendo dormir a Shen Qingqiu gracias al aburrimiento. 

De esa forma, nuestro escritor finalmente se propuso un reto; comenzar un libro de sirenas y así cambiar su no tan exitosa trayectoria en el mundo de las novelas. Pero para ello tendría que conocer primero a una, tan sólo ese pensamiento aumentaba la emoción de Qinghua al cien por cien.

Sin ninguna duda, después de tanto sufrimiento, las cosas se estaban poniendo en su sitio, y la vida comenzó a sonreírle finalmente.

Eso era lo que el Shang Qinghua de hace un día pensaba, actualmente estaba a oscuras en un camarote descuidado y húmedo que se tambaleaba constantemente debido al oleaje, esposado por el tobillo a una barra de metal y sin ninguna idea de su destino o futuro. Encima, el barco pertenecía a traficantes por lo que sin ninguna duda se había ganado la lotería.

El barco se había estado moviendo de un lado a otro, cambiando constantemente el rumbo, meciéndose bruscamente debido al temporal y mareando al pobre escritor.

¿Cómo había llegado hasta aquí?

Shang Qinghua todavía se preguntaba eso a sí mismo, confuso y desorientado, quejándose de su mala suerte y sintiendo a su amigo burlarse de su propia desdicha en alguna parte muy lejana de su cerebro.

Entonces el barco cesó el movimiento, y Qinghua escuchó los pasos pesados de los tripulantes acercarse a la oscura y fría habitación. Se mantuvo en su rincón, lo más lejos de la puerta posible y tratando de no ser visible para sus captores, esperando y rogando que no le pasase nada.
La puerta hizo un estridente chirrido a abrirse, y entonces un bulto grande, que no pudo ver bien debido al súbito resplandor, fue arrojado al suelo de la pequeña habitación. Acto y seguido la puerta fue cerrada y los tripulantes se alejaron mientras se reían a carcajadas.

Y la habitación una vez más se sumergió en una profunda oscuridad, sólo se escuchaban dos respiraciones.

Dos... respiraciones?... un momento.

Qinghua levantó la vista para mirar lo que los traficantes habían arrojado y para su sorpresa el bulto lo miraba también.

Habían 3 puntos de luz provenientes de la silueta oscura, y dos parecían ser sus ojos, que lo miraban fijamente. Como si estalactitas de hielo se estuvieran clavando en su alma. El otro punto era más pequeño y estaba donde debería estar su frente, Qinghua no tenía ni idea de qué podría ser para que brillara en la oscuridad pero tampoco le dio mucha importancia.

Entonces la habitación comenzó a helarse,  y él no estaba seguro de sí era su imaginación, o si realmente los grados habían bajado de forma gradual.

Y la cosa gruñó, fue un sonido gutural que retumbó por las cuatro paredes, acto seguido se escuchó un siseo amenazante.

Para ese entonces Shan Qinghua había olvidado como respirar, sentado y hecho bolita en el rincón, paralizado por el miedo y sin dejar de mirar esas frías luces que le perforaban el corazón.

Esa cosa, fuera lo que fuera no era humana, no obstante todo pensamiento racional cesó al ver como el bulto se movía, o más bien se arrastraba hacía él.

Ahí, Shang Qinghua sintió como su alma salía de su cuerpo.

"N-no me comas por favor, es decir, 'puedes comerme p-pero seguramente te daré indigestión. lo cual no es nada agradable."

Qinghua hizo una pausa rápida para organizar un poco sus caóticos pensamientos.

Además, e-estoy segurísimo de que mi sabor no es bueno, d-debe de ser horrible considerando mi dieta...y...y... ¡Mi cuerpo! , soy muy p-pequeño, ni siquiera sirvo de aperitivo, por favor , ¡no me comas!"

Qinghua comenzó a hablar sin cesar, algo que solía hacer cuando estaba nervioso. Inconscientemente cerró los ojos cuando vio como la sombra aumentaba de tamaño a medida que se acercaba hasta donde estaba él, siseando, el sonido de algo arrastrándose seguido de constantes choques como si algo duro y afilado estuviese arañando el suelo de metal.

Qinghua escondió su cabeza entre sus brazos en un pobre intento de postura defensiva y en apenas unos segundos sintió la respiración pesada de la criatura chocar contra su nuca, dándole escalofríos que le recorrieron todo su ya tembloroso cuerpo.
Se quedó inmóvil durante unos segundos, que parecieron horas, y de repente después del silencio sepulcral sintió a la cosa desplomarse a su lado, cayendo al suelo con un sonido seco y contundente.

Qinghua abrió los ojos, ya acostumbrados otra vez a la oscuridad, para ver la silueta de un hombre tumbado boca abajo.

"Oh no no no no, esto no me puede estar pasando a mi.

¿Está muerto? Por favor, no te mueras, ¿Qué será de mi si ellos piensan que te he matado?

Oh dios mío, ellos me despellejarán vivo y venderán mis órganos, eso es mucho peor."

"Por favor despierta e intenta comerme otra vez. "

En pánico Qinghua se acecó más a la figura inmóvil para comprobar si aún estaba vivo, al confirmar que respiraba, una sensación de alivio invadió su cuerpo.

Con más calma, le dio la vuelta, dejando a la persona boca arriba y entre la oscuridad pudo distinguir la cara del sujeto. Era hermoso, sus rasgos faciales eran suaves pero afilados, la piel era fría, pálida y estaba húmeda. Y su pelo estaba mojado, era liso y suave de color oscuro, probablemente negro, y era largo, muy largo.

Mientras bajaba la mirada vio un rastro de un liquido el cual identificó como sangre a pesar de que no se podían diferenciar mucho los colores en la oscuridad de la celda, el rastro conducia hasta el abdomen donde yacía una herida que no tenía buena pinta y la cual era probablemente la culpable del estado débil de su nuevo compañero de celda.

Inconscientemente siguió bajando su mirada y entonces, se dio cuenta de algo que antes no había notado por su miedo y el estrés de la situación.

Una larga cola de pez se encontraba en el lugar donde deberían haber estado las piernas.

"¡OH SANTÍSIMA VACA! "

H2ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora