Temanme

Único

—Muy bien, eres el Décimo Vongola ¿Y que con eso?

La repentina pregunta interrumpió el silencio en el salon de clases de Tsuna, una mañana que Reborn le había obligado al moreno a decir quién es en realidad.
El castaño se había negado semanas antes, pero su tutor le había insistido tanto, amenazado tanto y presionando tanto, que no le quedaba de otra más que rezar a qué las impresiones no fueran malas.

Sin embargo...

—Aun si fuera cierto, aún si fueras muy poderoso respecto al dinero ¿Acaso no con tu torpeza, llevarías a Vongola a la ruina?—repitio el mismo alumno, la misma duda

Esa mañana Tsuna quiso que sus guardianes lo acompañarán, pero pareció que Reborn tenía otros planes para ellos y por lo tanto no estaban ahí con él de un modo que pudieran defenderlo.

—No importa, ya soy bastante mayor para...para defenderme—pensaba Tsunayoshi de una forma para consolarse

Las miradas seguían sobre de él, tanto chicas como chicos parecían no estar conformes.
Pero es que simplemente no podía decirles que Vongola era una mafia, solo sabían que era una empresa muy famosa de Italia y que últimamente sus negocios se extendieron por Japón; no podia decirles cómo evidencia que estuvo una semana ausenté porque peleo contra sujetos peligroso solo por simples anillos, o que viajo al futuro y se enfrentó a un hombre-dragon, o también que peleó contra su mejor amigo solo por un malentendido de herencias...

—Increíble, sabes cuatro idiomas; chino, inglés, italiano y francés ¿Y que, acaso eso te quito lo dame?

Un paso atrás

—Dinos que tipo de trabajo haces, ¿Nada, cierto? Aún eres inexperto y posiblemente nunca conseguirás nada, más que decepción a tu propia familia..

Otro paso atrás y ahora está contra la pared

El castaño mordió su labio en el interior, bajo su mirada molesto porque parecían decirle toda la verdad que a veces deseaba ignorar.
Era cierto, hace mucho que sus pesadillas sobre sus guardianes dándole la espalda y Reborn diciéndole lo decepcionado que está sobre su nulo desempeño en vongola, no se detienen, cada vez, cada noche las palabras le duelen.

El arruga con fuerza su uniforme sobre el pecho, quiere decirles que se equivocan, que él se a esforzado y ha hecho grandes avances; pero cuando lo piensa, suenan solo como excusas y mentiras muy obvias.

Entonces la puerta se abre con brusquedad, revelando a la única persona portadora de un cabello rojizo. Enma después avanzó con notable enojo para ponerse entre Tsuna y la bola de estudiante de su grupo.

—Hmm entonces Dame-Enma también es un líder, el jefe de los Simon—dijo alguien en el fondo con desdén.

—Ninguno de los dos tiene cualidades de jefes, solo llevan a la ruina todo—agrego alguien más haciendo que risas estallaran ahora frente a ambos capos.

—Además quienes estén a su lado, seguro verán lo incompetentes que son—

—...se van a arrepentir—dijo en un susurró.

—¿Disculpa? No te oímos, dilo más claro jajajaj—

—¡Se van a arrepentir de decir eso!—afirmo Enma

—Díganos algo que pruebe lo contrario, díganos qué los hace tan especiales para tener ese tipo de puestos—una niña, muy engreída hablo mientras se cruzaba de brazos—Aun si fueran ricos, lo pensaría dos veces para casarme con ustedes

—Quien quisiera casarse contigo—dijo Tsuna en un tono de voz oscuro, sus ojos no podían verse estando ocultas tras la cortina de su flequillo.—Ni siquiera me importa tu existencia.