Armas y sorpresas

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Juan subió las escaleras de la casa de la mano de Niki. Sentir el apoyo de su novia le hacía sentir mucho mejor. La amaba mucho, siempre necesitaba tenerla cerca. Al llegar, lo primero que hizo, fue subir a su antigua habitación. Una vez dentro vio como toda su infancia se veía reflejada en un solo lugar. Veía fotos de Rocky Balboa colgadas por toda la habitación; la camiseta de Tony Kroos, el futbolista del Real Madrid, firmada por todos los jugadores; sus primeros guantes de boxeo. Abrió el único armario de la habitación y vio un foto de Niki y él dandose un beso. Esa foto la había echo su padre mientras les espiaba.

_Niki, _ llamo Juan _ Mira esto

Niki se acercó a la habitación y vio a Juan mirando el interior de un armario sonriendo con lagrimas en los ojos.

_Juan, que...

Niki se interrumpió así misma a ver la enorme foto que estaba mirando Juan. Ambos recordaban ese día. Juan acaba de volver de su viaje a Francia debido a una competición de boxeo. Llevaban cuatro meses sin verse, únicamente comunicandose via WhatsApp. Juan estaba cansado de eso, así que decidió hacerle un buen regalo a Niki, pero no un regalo cualquiera, quería hacerle un regalo que mostrase lo mucho que amaba a Niki. Se fue a una joyería y se gastó todos sus ahorros en un colgante de coleccionista. Al llegar, Juan se lo dio. La torta y el posterior beso que recibió lo dejaron un poco aturdido. Fue entonces cuando su padre hizo la foto. Desde entonces Niki nunca se quita el colgante.

Juan se giro hacía Niki y observó como agarraba con fuerta el colgante. Niki desvió la mirada hacia él, le dedico una mirada con sus preciosos ojos azul celeste, la misma mirada que provocó que se enamorara de ella el primer día que la vio.

_ Esta misión va a ser peligrosa, lo sabes ¿no? _ dijo Juan mirandole con una mirada protectora.

_Lo se, pero aún así te voy a acompañar.

Juan sonrió y se levantó lentamente. Ayudó a Niki a levantarse para dirigirse juntos al desván. Juan sabía que algo sorprendente iba a pasar ahí arriba.

Llegaron al desvan y Juan se fijo en un extraño dibujo que nunca habia visto pero que reconocio al instante. La silueta de un toro pintada en amarillo. Nunca lo había visto, pero sabía perfectamente que era el símbolo de los Sangre Amarilla. Juan sabía que sus padres, como famosos almirantes que eran, habían tenido que unirse al los Sangre Amarilla para el gran ataque. Aunque lamentablemente murieran hicieron que Juan se diese cuenta de que una gran guerra se acercaba. Juan y Niki subieron dados de la mano. Una vez dentro, Niki y Juan se echaron hacía atrás de golpe con la boca abierta. Ahí dentro había un arsenal gigante lleno de armas de todo tipo: simples pistolas, snippers, francotiradores, fusiles, metralletas, cuchillos, cajas llenas de granadas y una mesa donde solo había una carta y una llave. Juan leyó la nota.

"HIJO MIO, SI ESTAS LEYENDO ESTA CARTA ES, O PORQUE ME HAS DESOBEDECIDO, O PORQUE HAS DEDICIDO UNIRTE A LOS SANGRE AMARILLA. SOLO QUIERO QUE SEPAS QUE SI ESTAMOS MUERTOS ES PORQUE HEMOS DEFENDIDO A NUESTRO PAÍS, Y ESPERO QUE GRACIAS A TI NUESTRA MUERTE NO HAYA SIDO EN VANO. TODAS ESTAS ARMAS DEBES LLEVARLAS A LA SEDE, LLEVAN EL SELLO DE LOS SANGRE AMARILLA, ASI QUE NO TENDRÁS NINGÚN PROBLEMA. LAS LLAVES QUE TIENES JUNTO A ESTA CARTA SON LAS DE LA HABITACION QUE USABAMOS TU MADRE Y YO. SUPONGO QUE NO DEJARAS A NIKI SOLA, ASI QUE ES VUESTRA."

Juan leyó la carta una y otra vez. Esa carta había sido escrita por su padre. Al coger la llave se le cayó y, al agacharse a cogerla, vio bajo la mesa un maletín. Lo cogió y llamó a Niki para abrirlo juntos. Ambos lo abrieron y fliparon con lo que vieron. Miles y miles de billetes de quinientos euros. En el malentin había otra nota.

"ESTO ES UNA AYUDITA ECONOMICA, QUE NUNCA BIENE MAL"

_Joder con tu padre _dijo Niki _ ¿A esto lo llama "ayudita económica"?

Juan no respondió, solo sonrió y cerró el maletín.

_Coge una cuantas cajas y vamos a guardar todas las armas y munición que podamos. Tenemos poco tiempo para llegar

Niki trajo muchas cajas y se dispusieron a guardar todas las armas. Juan se fue fijando poco a poco que en cada grupo de armas había una diferente, una tal y como Juan siempre decía que querría un arma. Juan sabía lo que eso significaba, su padre había creado armas exactamente como las queria él. Vio un gran numero de pistolas automáticas color rojo sangre, un francotirador con mirilla láser, silenciador y lanzallamas (su mecanismo era simple, simplemente teníaque girar las bocas del francotirador para activar la que quieres usar y desactivar la que no). Juan sabía que eran armas un tanto estupidas, pero, no sabía como, su padre las había echo para él. También encontró granadas azules, para él. Pero lo que más le atrajo fue un cuchilo, de filo aserrado, con púas a los lados de las cuchillas y un mango en el que estaba tallado su nombre. Juan recordó que con diez años su padre le enseñó a lanzar cuchillos y, tras cinco años de entrenamiento adquirió una gran habilidad. Juan notó que ambiente estaba tenso, asi que decidió hacer sonreir a Niki.

_Niki, ven aquí. Ven, que voy a dar un beso _ dijo Juan sonriendo a Niki de forma muy pícara.

Niki se acercó a Juan corriendo y saltó sobre él. Juan la cogió como pudo y se fundieron en un profundo beso. Juan notaba el calor del cuerpo de Niki junto a él. Ambos entrelazaron sus manos. Fue un beso corto pero profundo. Niki miró a Juan y acarició la cicatriz que atravesaba su ojo.

_Así atraes mucho. Que alegría me da llevar contigo tanto tiempo. Ya son casi cuatro años. En un mes es tu cumpleaños y cumplimos el cuarto año juntos. Además esa cicatriz te da un aspecto sexy pero vulnerable.

_Niki, te amo. A pesar del tiempo que llevamos juntos, las adversidades que hemos pasado, la muerte de mis padres, la muerte de Raúl, hemos estado siempre unidos. Solo quiero que sepas que estaré contigo siempre y que pase lo que pase te protegeré de cualquier peligro al que te veas expuesta.

Niki volvió a besarlo. Juan deslizó la mano por la espalda de Niki. Notó como surgian bruscos escalofríos recorrían su cuerpo. Niki era sensible al tacto de Juan. Amaba que Juan la acariciase. Lo hacía con amor y delicadeza, como si temiese dañarla. Se separaron de nuevo y bajaron poco a poco las cajas. Una vez guardadas las cajas, Juan volvió a subir solo. Solo quería coger la foto del beso que había visto antes. Abrió el armario y quitó la foto. Entonces se fijó en que había una compuerta. La curiosidad se apoderó de él, por lo que decidió entrar. Se introdujo en una habitación totalmente oscura. Tanteo y encontró un interruptor. Lo encendió.

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2015 ⏰

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