Culpa

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Estaba bastante aburrido, no estaría mal ir a destruir algún AU poco conocido para matar el aburrimiento,  hacía ya un tiempo que no tenía un rato de diversión como antes.
Salió de Doodle Sphere por un portal al azar apareciendo en un universo alterno.

Un lugar insignificante, incompleto, diseños nada originales y la historia exactamente igual a la original excepto por algunos cuantos detalles. Simplemente uno más del montón de AU's que reflejaban la escasa, o más bien dicho, nula creatividad y talento de su creador.
Comenzó su rutina para destruir todo lentamente para observar el  sufrimiento y desesperación de los habitantes.

Frisk y Flowey, los únicos seres con capacidad de reiniciar siempre eran los primeros en caer ante el destructor.

Todos los monstruos, uno a uno fueron sucumbiendo ante la destrucción transformando el subsuelo en una enorme caverna vacía llena de polvo blanco que se llevaría el viento.
Los últimos habitantes sólo podían observar de lejos con terror al destructor el cual no conocían pero inmediatamente se daban cuenta de que tenía un parecido con Sans sólo que con ropas distintas, colores extraños y una mirada de estar disfrutando enormemente el desastre que causaba usando únicamente cientos de hilos que rompían en miles de pedazos toda alma que encontraran a su paso.
El glitch se encontraba por entrar a la fase final de destrucción en la que comenzaba a destruir los códigos del AU para acabar con este de forma definitiva. Los sobrevivientes de la masacre dieron su último suspiro sintiendo sus códigos desaparecer lentamente ante el desconocido que terminó con la vida de su hogar; un ser poderoso con  una cantidad de LOVE incontable que llegó de la nada extinguiendo los sueños y esperanzas de todos.

Nadie pudo hacer nada por detenerlo

Lo único que lo hizo para por unos momentos fué un pequeño que buscaba a sus padres desesperadamente soltando un sinfín de lágrimas, el niño monstruo se veía terriblemente asustado mientras corría sin mirar por donde iba chocando con el causante de su desgracia, quedó aún más aterrorizado al estar tan cerca de este que le miraba de forma intimidante y al mismo tiempo con indiferencia, sin embargo no le hizo nada, sólo siguió su camino para ir a la recta final de la destrucción.

El niño se sentó en el suelo esperando su final con lágrimas en sus ojos sintiendo su alma debilitarse hundiéndose en un sueño eterno del cual no despertaría jamás mientras sus códigos se deshacían al igual que los del resto de monstruos que quedaban.

El destructor una vez concluido su trabajo regresó a Doodle Sphere paseándose por la infinidad de hojas dispersas buscando a Ink quién se encontraba cerca revisando algunas hojas, este se dió cuenta de la presencia del azabache y fué a recibirlo, se había ido sin decir nada de adónde iba o a qué. No es como si se preocupara que le llegase a pasar algo porque era más que obvio; Error no está en riesgo, él es el peligro.

Se acercó a saludar a su pareja sin decir nada únicamente dándole mimos y cariños que el otro aceptó de la misma forma sin decir palabra disfrutando su tiempo a solas mientras flotaban en medio de los miles de hojas. No le gustaba admitirlo pero le encantaba que el pintor se pusiera meloso cuando estaban completamente solos, le gustaba enormemente sentirse querido por alguien más, le bastaba con eso para ser felíz sin importarle que gran parte del multiverso lo odie por su papel de destructor. Pero ese era su rol en la existencia, no fué algo que escogió, simplemente nació para ello. Alguien debía sacar la basura.

Pero algunas veces no podía evitar sentir culpa por aquellos que eran inocentes, pero después de todo no dejaban de ser una copia más del universo original.

Se abrazó al guardián al sentir como comenzaban a dar vueltas suavemente debido a la nula gravedad y lógica de Doodle Sphere, al menos ya se había acostumbrado al raro comportamiento del lugar, al inicio fué un completo desastre estar ahí pero una vez aprendiendo a interactuar con este incluso resultaba divertido el hecho de poder moverse libremente sin las limitaciones de la física de por medio.

Sin AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora