Lágrimas

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Advertencia; si son algo sensibles, es un hecho...
Van a llorar. Prometo que no va a pasar nada malo.

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Quién diria que una hermosa salida a un AU tan bello como Outertale terminaría en un resultado desastroso.

No era justo, los niños sólo querían ver las estrellas.

Recuerdan haber estado junto a sus padres todo el tiempo, era una noche fría y llena de nieve, sus pasos resonaban al pisar la blanca capa que había dejado la reciente nevada, todos se encontraban descansando en la cabaña del bosque para evitar ser vistos y generar otras líneas temporales, a su corta edad ya sabían perfectamente eso y tenían conocimiento de la existencia de los portales, AU's, rutas y líneas de tiempo.

Sin embargo llegó alguien a quien no habían visto jamás en su corta vida, un extraño esqueleto de aspecto macabro debido a sus cuencas completamente vacías de las cuales se veía un líquido negro escurriendo eternamente de estas. Ink y Error tenían la guardia baja por haberse dormido cosa que aprovechó el extraño para cargar a los niños igualmente dormidos con sumo cuidado para evitar despertar a alguno, si uno se despertaba alarmaría a sus padres rápidamente provocando el fracaso de su labor, por ello en cuanto los alejó lo suficiente inmediatamente abrió un portal a otro AU desapareciendo con ambos pequeños dormidos.

Cuando estos dos despertaron se encontraban en una habitación diferente de un lugar que no conocían y sin rastro alguno de sus padres lo que hizo que inmediatamente se asustaran e intentasen llamarlos sin resultado. Querían abrir la puerta pero no podían puesto a que eran muy pequeños todavía para alcanzar la perilla de esta, además tenían miedo de lo que podría haber fuera de aquella habitación, podía estar su libertad o podía haber peligro; al final regresaron a la cama donde despertaron, se abrazaron buscando sentirse seguros y esperar a que alguien llegara a buscarlos.

- J'ai peur. (Tengo miedo).- Lloriqueó Gradient abrazando a su hermano con fuerza.

- Moi aussi. (Yo también).-

Un rato después la puerta se abrió bruscamente asustándolos al grado de casi derramar lágrimas ahí mismo y estaba justificado, aparecer de la nada en un lugar que no conocían y que los asuste un raro esqueleto con cuencas vacías no era normal.

- Muy bien mocosos, al menos no han hecho ningún desastre y ni piensen en llorar, no les haré daño pero tampoco voy a consentirlos así que si rompen algo les rompo los huesos yo. Entendieron?-

Ambos asintienron repetidamente conteniendo sus lágrimas lo más que podían y evitando dar algún chillido, ese esqueleto no se veía muy amigable pero al menos no les iba a hacer nada "según".

- Miren, yo no sé por qué debo de tenerlos en el castillo así que ni pregunten que hacen aquí, no tengo la menor idea de que tiene el pulpo en la cabeza pero bueno, él me obligó a traerlos y no tenía opción. Acaso no puedo hacer mi propia vida?- Dijo el asesino en tono despreocupado dejando a los niños aún más confundidos.

- Pero... vamos a volver con mamá y papá?-

- Si, solamente van a estar aquí un rato y cierren la boca.-

- Cómo se llama?-

- Qué les dije?- Dió un suspiro, debía aguantar, sólo eran unos inocentes niños de tres años y si algún día planeaba tener una familia tal vez debía aprender a tolerar a los niños por lo menos un poco.- ...Me llamo Killer.-

- Killer? Creo que una vez mamá dijo algo de alguien llamado así y otros más, pero no sé si son el mismo.-

- Yo no me acuerdo.- Respondió el pequeño de manchas rosas.

Sin AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora