Polvo de estrellas

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Cuando sucedió aquel susto en Outertale no habían vuelto en un rato pero los niños últimamente pedían ver las estrellas una vez más, les gustaban tanto como a sus padres estar ahí.

Esa vez les llevaron a unas colinas y en especial una en donde había un árbol lleno de flores el cual fué el sitio en el que el destructor y el guardián habían aceptado sus sentimientos finalmente hacía ya unos pocos años.

Habían sido tan idiotas en ese momento... en realidad se seguían comportando como idiotas lo cual era un hecho que seguiría así para el resto de la existencia pero ese día aprendieron que podían estar juntos para bien.
Los pequeños adoraban jugar bajo las estrellas mientras que sus padres les hacían compañía y algunas veces se les unían en sus juegos o en su mayoría era Ink quien lo haría mientras que Error solía observarlos.
Sus papeles jamás fueron dejados de lado, el esqueleto oscuro nunca dejó de destruir y por otro lado el pintor no descuidaba los universos; cada uno destruía o protegía por igual pero siempre volverían a su hogar en donde tenían a su familia que por muy pequeña que fuese les era más que suficiente, los cuatro eran felices de esa manera y no sentían la más mínima necesidad de modificar algo.

Eran jóvenes y mucho más aún siendo monstruos, como ya se sabe a diferencia de los humanos un monstruo por más débil que sea es capaz de vivir miles de años mientras que un humano con demasiada suerte llegaba a vivir un siglo; pero de todas formas ellos eran diferentes, los dos eran incapaces de morir, uno por no tener alma y el otro por estar extremadamente corrupto. Vivirían tanto como el mismo multiverso. Aún no sabían que sería de sus hijos en cuanto fueran mayores, tal vez siguan con ellos o podrían irse a explorar los AU's por su cuenta, no tenían la menor idea pero mientras fuesen unos niños se encargarían de cuidarlos lo mejor posible.

Habían pasado un rato bajo el árbol que era tan especial para ellos, ese hermoso árbol que vió lágrimas derramarse por el cariño que se tenían y ahora veía crecer a los niños fruto de todo aquello; pero después de aquel agradable rato Ink se retiró por unos momentos en cuanto se dió cuenta de cierta presencia la cual no era para nada bien recibida.

Se había teletransportado justo frente a él mirándolo de forma amenazante e incluso apretaba el mango del enorme pincel para actuar en cualquier segundo.

- Qué quieres ahora?! Más te vale venir en son de paz, no estamos muy contentos contigo.-

- Sólo quiero hablar...-

- Adelante.- La mirada afilada color carmesí del pintor y su tono cortante decían mucho, lo último que deseaba era otra broma del príncipe.

- Probablemente no me creas y me verás como un imbécil, adelante te puedes burlar, no es nuevo para mi, desde mis inicios a excepción de mi hermano lo único que recibí del mundo fué desprecio.-

- Qué debe ser tan grave para que me digas eso?-

- Tiene que ver con Error y probablemente te vas a enojar.-

- Ya estoy molesto, no creo que haga mucha diferencia y si tiene que ver con él ni se te ocurra lastimarlo más de lo que ya has hecho. Pero aún así qué buscas en realidad de él? No te ha hecho nada para que te desquites de esa forma, si estás amargado porque todos te despreciaron pues sorpresa, no eres el único, a Error todos lo desprecian por ser quien destruye, mientras que a mi me aman por proteger pero luego me desprecian por no tener sentimientos propios.-

Nightmare miraba con odio a Ink, ese maldito imbécil se atrevía a insultar su pasado e incluso a comprarlo con otros estaba tan molesto que no dudó en abalanzarse sobre este para atacarlo e intentar golpearlo aunque al pintor le pareció extraño que no hubiese usado sus tentáculos como de costumbre, en su lugar se encontraba forcejeando con él. Su única cuenca expresaba rabia y tristeza, entonces fué que el pintor sintió lágrimas caer sobre su rostro.

Sin AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora