Recuerdos

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Ya saben como es esto, si quieren leer cosas cristianas sigan y si no pues mejor lean otro capítulo.
( ͡° ͜ʖ ͡°) (Los estoy mirando pecadores...) * C desvanece en la oscuridad.

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Era un momento a solas, Ink no estaba ni los niños tampoco debido a que estos se encontraban paseando por la zona de las hojas mientras que Error prefirió quedarse en la casa solo rato en su Anti-Void miniatura que había en una de las habitaciones junto con sus cajas y marionetas, por más que el tiempo avanzara no podía hacer que el glitch abandonara su lugar de origen.
Por alguna razón sentía la necesidad de estar en aquel vacío a pesar de no haber nada e incluso estar atrapado por bastante tiempo ahí. Salió del lugar para recorrer toda la casa sin rumbo fijo pasando por todas las habitaciones hasta llegar a la suya en donde dormía con Ink; los recuerdos le atacaron haciéndole revivir aquellos momentos donde apenas eran una pareja reciente, la verdad es que no habían cambiado en nada excepto por la llegada de sus hijos pero de ahí en adelante seguían siendo los mismos esqueletos inmaduros que peleaban por cualquier tontería para luego terminar dándose cariños, no sé quejaba, la verdad es que ni siquiera era capaz de imaginarse a si mismo siendo un ser maduro ni mucho menos a Ink porque el pintor era un completo idiota que jamás en su vida había actuado de forma seria y la verdad no esperaba verlo así. Se encontraba sentado en la cama reflexionando sobre su vida los últimos años, había cambiado de forma impresionante en poco tiempo, comenzó como un juego por estar aburridos el cual terminó por hacerlos muy cercanos, un recuerdo fugaz pasó por su mente.

Cuando conoció esa casa por primera vez.

El guardián le había llevado para mostrarle esa casa construida sin propósito la cual ahora era su actual hogar, en ese entonces estaba casi vacía, no tenía el toque agradable que poseía actualmente ni todos los objetos que había ahí; sólo unos pocos muebles y habitaciones vacías esperando vagamente a ser ocupadas por lo que fuera, la sensación de no saber que hacer y el sofá nuevo que Ink le había regalado con tal de quedarse a vivir ahí los hizo entrar en sueño mientras se daban muestras de cariño hasta que perdieron la conciencia o al menos él porque el esqueleto blanco terminó por llevárselo a la habitación principal donde se dejó vencer de la misma forma que el azabache.

El recuerdo seguía y Error recordaba perfectamente como si fuese ayer lo que sucedió justo después al despertar esa tarde junto al pintor abrazados en la misma cama, después de todo ese tiempo seguía dándole un poco de pena cada vez que esa situación recorría su memoria mostrándolo como un ligero rubor en los pómulos. Pero ese bello recuerdo perduraría en su mente por el resto de su vida, cada vez que se le venía a la mente no podía evitar rememorar todos los detalles e incluso los más mínimos; como todo había comenzado con una sesión de cariños inocentes y suaves que sólo incluían pequeños choques de dientes y ligeras caricias en el rostro los cuales fueron aumentando de forma amorosa a un ritmo lento casi tortuoso que comenzó a subir de tono en cuanto Ink sin saber por qué se subió en él enredando sus piernas deseando abrazarlo más, en ese momento se sintió demasiado nervioso para su gusto, nadie en su vida había estado tan cerca ni mucho menos lo habían tratado con tanto cuidado ni cariño como lo hacía el pintor, acariciaba sus huesos de forma tan cuidadosa como si estuviesen hechos de la más fina y frágil porcelana que se rompería con el más mínimo toque, los roces de los dedos lo incitaban a desear sensaciones desconocidas que nunca en su vida se le habían pasado por la mente.

Seguía recordando como todo su cuerpo estaba siendo acariciado y tocado con ternura lo cual si su fobia siguiese estando en ese entonces hubiera entrado en un pánico total obligándole a reiniciarse ahí mismo o a huir como si su vida dependiese de ello, pero ahí seguía recostado con el contrario encima suyo sin aplastarlo mientras repartía dulces choques de dientes y roces por todo su cuerpo, los dedos de Ink tocando sus costillas enredándolos de forma inexperta para luego terminar por quitarle la camisa y luego él hacer lo mismo, la primera vez que se vieron sin ropa fué un poco vergonzosa pero ninguno dijo nada al respecto dedicándose únicamente a observar los huesos contrarios cada uno con muchas diferencias y diseños nada comunes.

Sin AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora