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Corrió a toda la velocidad que sus piernas le permitían, gotas de sudor resbalando por su nuca y cuello. Odiaba sudar pero no era momento de quejarse, estaba llegando tarde y todo por culpa del profesor de economía que tuvo la grandiosa idea de alargar la clase, además de que su examen fue un asco.

Una de sus manos sostenía firmemente las tiras de la mochila sobre sus hombros, sintiendo como con cada paso que daba, el peso del objeto golpeaba en su espalda. La otra mano la llevaba vendada y colgando, moviéndose a la par de sus pisadas, aún le dolía mucho pero ya no como el día anterior.

La tentación de no asistir a las clases de inglés era enorme pero ya había confirmado a Chan su asistencia y además, su calificación pendía de un hilo y no iba a arriesgarse a que todo aquel esfuerzo se fuera por la borda.

Logró suspirar más tranquilo al visualizar su destino a unas tres calles de distancia. Dejó de correr y automáticamente sus piernas se relajaron. A paso tranquilo caminó lo poco que faltaba para quedar frente a la puerta y, como era costumbre, tocó dos veces el timbre para así avisar que era él quien tocaba.

Se extrañó un poco al no encontrarse a Chan de inmediato en la puerta, pues regularmente no tenía que esperar mucho a qué abriera.

Vio la hora en su reloj de mano, apenas habían pasado diez minutos del horario acordado, se preguntaba si él era quisquilloso con la hora y decidió dejar de esperar. Alzó su mano a punto de tocar de nuevo pero la puerta abriéndose detuvo sus acciones.

La sonrisa que tenía en su rostro de borró al ver frente a él a la persona que menos quería ver en el mundo. Justo hoy, que se sentía horriblemente mal, tenía que encontrarse a ese sujeto.

—Diez minutos tarde, preciosura. —NamJoon recargó su cadera en el marco de la puerta y sonrió de lado, divertido por el celo fruncido del mayor.

—¿Dónde está Chan? —observó detrás de NamJoon, esperando ver al rubio detrás para ahorrarse el intercambio de palabras con el castaño.

—¿Qué maneras de saludar son esas?

—¿Por qué debería saludarte? —SeokJin arqueó una ceja.

—Modales. —se alzó de hombros, haciendo gruñir al omega.

—Hola, ¿Me puedes decir por favor dónde está Chan? —sonrió obligándose a verse amable y conteniendo las ganas de golpear a NamJoon.

Una risita burlona salió de los labios contrarios, colmando su paciencia. Odiaba cuando se reían y el no entendía el porque.

—¿No revisas tu celular? —el omega frunció su ceño y NamJoon rió. —Hoy te daré las clases yo. —su sonrisa acompañada con hoyuelos se agrandó al ver la mirada ingenua de SeokJin.

El rubio sacó su celular con prisa y desesperación, abriendo la aplicación de Kakao Talk para confirmar lo que NamJoon decía. Soltó un jadeó sorprendido cuando vio el mensaje de Chan informándole que se le presentó un asunto y no podría darle la clase, pero en su lugar NamJoon lo haría.

Bubble Gum | NamJin [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora