✻ 07 ✻

2.4K 386 162
                                    

Maratón 1/3

Maratón 1/3

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Subió las escaleras con cansancio, en esos momentos agradecía no vivir en un piso tan arriba.

Sus ojos brillaron cuando vio la puerta de su hogar, acercándose y metiendo la llave a la cerradura.

—Te extrañé mucho, casita.

Se quitó los zapatos al entrar a su apartamento, colocandose sus pantuflas y dejando caer a un lado su pesada mochila. Posó su vista en el sillón de la sala, tentado a acostarse ahí. Para su fortuna no tenía ningún pendiente, así que podía dormir más y descansar lo suficientemente para mañana.

Se metió a bañar, disfrutando del agua tibia caer sobre su cuerpo, relajándolo por completo.

Eligió su ropa, un pans color negro y una sudadera holgada color blanca. Visualizó la cama y su estómago rugió, era una difícil desición elegir comer o dormir. Lo pensó un largo tiempo, percibiendo el cansancio salirle hasta por lo poros, así que prefirió dormir, ya podría comer después.

Su cuerpo cayó a la superficie de la cama, gimiendo gustoso al sentir lo blando y suave de la cama.

—Eres el amor de mi vida. —le susurró a la cama, tomando una de sus almohadas y abrazándola para poder dormir cómodamente.

Sus ojos se cerraron a la par que suspiraba relajado, y poco a poco iba sintiendo como estaba cayendo dormido. El horrible sonido del timbre hizo que sus ojos se abrieran de golpe, maldiciendo por lo bajo.

—Noooo, quiero dormiiirrr. —lloriqueó en su cama. Decidió no levantarse, pues era raro que alguien fuera a verlo, seguramente no era algo importante. Cerró sus ojos nuevamente, acomodándose en una mejor posición pero el timbre volvió a sonar y se detuvo de cualquier movimiento. —No por favor. —se levantó entre quejas y gruñidos.

Salió de su habitación caminando hacia la puerta. Observó por la mirilla de la puerta, frunciendo el ceño al solo ver una parte de la cabeza de alguien con cabellos negros y ondulados.

Abrió la puerta y sus ojos también lo hicieron cuando miró a la persona del otro lado.

—H-hola hyung. —el chico de cabellos negruzcos realizó una reverencia tímida, sonriendo y mostrando sus dientecitos de conejo.

—¿JungKookie? Cielos, cuánto haz crecido, eres todo un alfita. —sonrió a pesar de estar sorprendido por la repentina aparición de su primo, mirando fuera de su departamento para buscar a su tía. —¿Viniste solo? —alzó las cejas al no ver a nadie, notando también las maletas a los lados del menor.

—Ah... Sí, mamá no pudo acompañarme. —mordió su labio y miró con sus ojitos redondos a SeokJin. —¿Lo olvidaste, hyung? —abrió sus ojos, parpadeando repetidas veces.

—¿Olvidar qué?

JungKook abrió sus labios sin saber que decir ¿Y si su mamá olvidó decirle a su primo? No, estaba seguro que si le avisó.

Bubble Gum | NamJin [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora