Bubble Gum | NamJin [Omegaverse]

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Los días pasaban y NamJoon no sabía nada de SeokJin. La última vez que lo vio fue en el departamento del omega, cuando le ayudó a estudiar. Ese momento casi fue el más feliz de su vida, sintió que había logrado acercarse más al rubio, incluso que tenía una oportunidad con él. ¿Por qué ahora parecía que lo ignoraba? No, no parecía, su mente quería creer que solo parecía, pero era un hecho. Kim SeokJin lo estaba ignorando.

SeokJin ni se había aparecido a sus clases de inglés, y en lugar de avisarle a él que no iría, fue Chan quien le informó. NamJoon intentaba llamarlo, pero solo sonaba una vez y mandaba a buzón; le mandaba mensajes pero ni siquiera los leía. Incluso llamó a JungKook, con la única esperanza de que él le ayudara a hablar con el omega, pero se llevó una sorpresa, así como un fuerte dolor cuando el alfa le dijo que ni siquiera quería hablar con él.

Se preguntaba si hizo algo mal aquel día. Si bien cuando le confesó sus sentimientos a SeokJin no recibió respuesta, él de verdad creyó que era porque el omega estaba nervioso y se puso tímido. ¿Lo entendió mal? ¿No era correspondido como creía?

No podía dejar de pensar, de lamentarse, de odiarse. No lograba conciliar el sueño, no sabiendo que el único omega que lograba darle felicidad con solo existir le estaba ignorando. No lloraba solo porque se aguantaba.

Él, así como su lobo, se sentían desolados, perdidos. Se sentían rechazados y no tenían las ganas de ver a nadie. Querían esconderse y lamentarse en la soledad del dolor por un amor no correspondido. Pero sobre todo, porque arruinaron la cercanía que habían logrado con SeokJin.

Quizás hasta NamJoon creía que él era el único sufriendo, pero se equivocaba. SeokJin no estaba mejor que él, se podía decir que era el más afectado de los dos.

Acostado en su cama y abrazando su almohada —la cual estaba envuelta por la chaqueta que le dio NamJoon hace tiempo—, pensaba en todo, en todo aquello que alguna vez se prometió no volver a sentir, en el miedo que aquellos sentimiento le provocaban y en el coraje que tenía contra él mismo por tenerlos.

«Me gustas.» Recordó aquellas palabras dichas por NamJoon. Unas simples palabras que desencadenaron múltiples sentimientos en cada rincón de su interior.

Confusión, felicidad, miedo, alegría, tristeza, angustia, ilusión. No sabía que significaba, tampoco como era posible tener esa combinación de sentimientos al mismo tiempo.

Solo sabía que una parte de él quería que aquellas palabras fueran mentira, solo un juego, como está acostumbrado a serlo. Para poder olvidarse de todo lo sucedido y seguir con su vida, como si nada hubiera pasado, como si su corazón no sintiera. Pero otra parte de él —una muy gran parte de él— deseaba, con toda la fuerza de su cuerpo y de su alma, que todo haya sido cierto.