Danganronpa: Beta Memories (Libro Uno)

9. Vida diaria: Chiaki

¡Heyo! Hora para el día 2 de la vida diaria. Hoy, nos centraremos más en Chiaki como hicimos un segmento de Nagito / Hajime el otro día. Después de esto, empezamos nuestra vida mortal. ¡Disfrutar!

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Chiaki se despertó al ver un peluche: el mismo peluche que Hajime le regaló anoche. Una sonrisa apareció en su rostro. Mirando su reloj, parecía que extrañaba la alarma de Monokuma y todos ya estaban afuera. Inmediatamente saltó de su cama, se vistió y salió con su peluche en la mano.

—¡Buenos días, bella durmiente! —gritó Ibuki. Estaba de pie con Hiyoko y parecía muy feliz... lo cual, en circunstancias normales, sería sospechoso. Sin embargo, Chiaki sintió lo mismo, así que no importó.

—¡Hola chicas! ¿No es una mañana tan hermosa? —ella sonrió—. Por alguna razón, me siento con mucha energía hoy.

—Yo también. Aparentemente, algunos de nosotros lo somos —Hiyoko intervino—. De todos modos, Ibuki y yo hemos estado pensando en hacer un concierto increíble en el Titty Typhoon esta noche.

—Esto es más un monumento conmemorativo para todos los estudiantes que fallecieron, pero es una excusa para mí para estrenar mi nueva canción —Ibuki dijo tímidamente, rascándose la cabeza.

—¡Qué gran idea! ¡Puedo ayudar con las decoraciones! —Chiaki saltó de alegría y comenzó a hacer planes.

Más tarde esa tarde, ella estaba en el lugar en cuestión, barriendo el escenario. La energía que corría por su cuerpo ni siquiera se había agotado. Era como si ella fuera The Energizer Bunny.

—¡Woah, Chiaki! ¡Me encanta esto! —Ibuki y Hiyoko entraron con cajas de suministros—. Está mucho más limpio de lo que lo vimos por primera vez.

—Gracias, Ibuki. ¿Qué hay en las cajas? —Chiaki saltó del escenario y corrió hacia ellas.

—Solo algunos equipos en uno y bocadillos en otro —Hiyoko se encogió de hombros mientras colocaba la caja en el escenario—. Nada especial.

—Oh, eso me recuerda —Ibuki chasqueó los dedos—. ¿Chiaki? Seríamos honrados si te unieras a nosotros en el escenario durante la presentación.

—¿Eh? —Chiaki volvió la cabeza confundida—. ¿Por qué yo? Es tu show.

—Sí, pero nos ayudaste. Además, todos necesitamos el espíritu de equipo.

Trajeron un buen punto. Después de que la última prueba les dio un gran golpe de confianza, el espíritu de equipo definitivamente estaba en orden.

Hiyoko se rio mientras le susurraba al oído.

—También puedes cortejar a Hajime con tus habilidades.

La cara de Chiaki se sonrojó mientras se alejaba vergonzosamente.

—Hajime... —entonces recordó su peluche, que estaba sentado en el suelo. Después de ver que Nagito era más amigable con él, comenzó a ganar confianza. No pasó mucho tiempo para que su pequeño enamoramiento creciera tres veces ese día.

—Tomaré esa tonta sonrisa como un sí —Hiyoko asintió con aprobación.

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Esa noche, todos se reunieron dentro del lugar. Había mesas de bocadillos y ponche hechas por las chicas antes. Chiaki se escondió detrás de las cortinas, mirando nerviosamente la escena. Ella vislumbró a Hajime hablando con Nagito y Peko. Parecían lo suficientemente felices, haciendo que su corazón latiera cada vez que lo veía.