Resumen: Kaitou Kid y Shinichi Kudo tendrán que hacer frente a un sin fin de problemas cuando, tras un hechizo de Akako que no sale bien, son transformados en gatitos. Aunque puede que esta situación no sea tan mala después de todo...
(Kaishin/Shin...
Ya siento el retraso... Pero es que los últimos días he estado enferma, y eso me ha tenido apartada de la tablet para continuar este relato (nada grave, problemas digestivos).
Al final se está alargando más de lo que yo tenía pensado, pero es que me estoy emocionando mucho con esta historia 😅 ojalá no os importe demasiado...
Espero disfrutéis de este capitulo.
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Kaito no era consciente de cuando se había quedado dormido. Poco a poco el cansancio había ido sustituyendo a la adrenalina acumulada, y él había sentido que sus párpados pesaban mucho, haciéndole difícil mantener los ojos abiertos. Una vez los cerró, lo último que recordaba era haberle dicho a Shinichi que descansara, antes de caer en un profundo sueño.
En aquel sueño, era una pacífica noche. Él estaba vestido de Kid, y la brisa impulsaba su ala delta, haciéndole atravesar el cielo silenciosamente, como si fuera un ave nocturna. Finalmente, localizó su destino y aterrizó sobre el tejado de una mansión, pero no cualquier mansión, sino el hogar de los Kudo. Kaito no estaba seguro acerca de qué hacía allí, pero sentía que era importante que fuera. Descendiendo con precaución por las tejas, alcanzó una ventana cercana y vio que las hojas acristaladas estaban abiertas. Llevó la mano al ala de su sombrero, y lo ajustó antes de penetrar en la habitación.
Todo estaba oscuro, pero Kaito había estado las suficientes veces en esa casa como para saber que se hallaba en la habitación de Shinichi. Miró a su alrededor y vio que él no estaba, lo que le causó cierta alegría ya que se sentía algo avergonzado por estar en su cuarto e invadir de esa forma su privacidad. Sabiéndose libre de movimiento, comenzó a recorrer aquella estancia, pasando distraídamente la mirada por los pósters de los Spirits Tokio y de Sherlock Holmes que había en las paredes. Deslizó la mano por el escritorio y se topó con una foto de ellos 2 junto a Hattori y Hakuba. Fue una sorpresa descubrir que Shinichi tuviera algo así en su mesa. Tomando aquella foto, se sentó en la cama mientras la observaba: en una esquina estaba él junto a Shinichi y su codo se apoyaba sobre el hombro del detective de forma relajada. En realidad, ambos se veían cómodos con la cercanía del otro, al contrario de Hakuba y Hattori que estaban al otro lado de la foto y parecían a punto de resolver un crimen.
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