Aprender a Valorar (Flamantha)

Todo por tí, todo por nada

Flavio

Y la vio, a la rubia de ojos azules, en otro tiempo se habría largado de allí sin mirar atrás, pero ahora no, le daba igual si estaba como sino, era cierto que hace mucho que no la veía, pero sin más, se habían acabado las noches sin dormir pensando porque había decidido alejarse de él, porque la distancia los cojones, no se lo creía.

Así que se fue acercando, no le quedaba de otra, tampoco era el fin del mundo por saludarla.

Se podría intentar convencer mil veces de lo contrario, intentar engañarse, pero la realidad es que no podía romper la conexión que había cuando la miraba, cuando la tenia cerca, era como si fuera su imán, su polo opuesto y la atracción fuese inevitable.

Flavio, centrate joder

Pero antes de abrir la boca, ella se le adelanto ¿bueno cómo siempre no?

-Qué casualidad, el mundo es increíblemente pequeño, no sabia que frecuentaras este lugar, no te pega -lo dijo todo tan rápido que no pudo ocultar su aparente nerviosismo

-Yo pensaba que no creías en las casualidades-le dije con una sonrisa de suficiencia- he venido con unos amigos, por eso estoy aquí ¿y tú?

- Pues pasando el rato en la cola del baño, mi sitio favorito de el mundo -me dijo irónicamente

Pero sabia, que no me refería a eso, lo que quería saber era que hacia allí, en una discoteca de Barcelona que no era de las más frecuentadas, ella que por lo que había podido escuchar estaba siempre ocupada con su vida en Madrid, pero claramente Samantha no le iba a resolver sus preguntas y él tampoco tenía derecho a formularlas.

No me incumbe

Pero derrepente sintió como alguien le agarraba la espalda y le apretujaba, dandole un abrazo que no se esperaba y menos aún la persona que se lo daba.

Bea

Su hermana iba echa un desastre y se notaba que llevaba copas de más, tenia los ojos brillosos y el pelo alborotado, sí le había agarrado, en lo que aparentaba ser un abrazo, era solo porque no se podía sostener en pie.

Un maravilloso, cuadrito

- Lo siento Fabioooo, te estaba buscando, porque llevabas un rato desaparecido y nos estábamos preocupandoooo mucho mucho mucho -me dijo alargando mucho las palabras - anda mira pero si es una chica súper parecida a Samantha

Y mientras decía esto último se inclino a tocarle la cara, como si hubiese hecho el mayor descubrimiento de su vida.

Mierda iba borracha y estaba montando el espectáculo delante de la persona que menos gracia le hacía, fenomenal.

Al ver qué ni Samantha y yo nos movíamos, y tampoco articulábamos palabra, Bea nos miró fijamente.

- O tal vez, sois unas figuras de cera que ahora ponen en las discotecas para atraer a más gente, bien visto, yo también quiero la mía propia -dijo haciendo un puchero mientras se cruzaba de brazos- consideró que me lo merezco

Suficiente show por hoy, era la hora de bajar el telón del circo Fernández

-Vale, ven Bea -le dije mientras le agarraba del brazo- volvamos con los demás a despedirnos que te llevo a casa, necesitas descansar

-Pero si eras de verdahhhh -me dijo mientras se deshacía de mi agarre y se volvía a acercar a Samantha- ¿y ella también lo es?

Esta vez Samantha, que se había mantenido apartada y callada, si que reaccionó, acorto la poca distancia que quedaba entre ella y Bea y le dio un abrazó, mientras le colocaba el pelo detrás, ya que parecía que lo tenia húmedo y lleno de una sustancia sospechosa.