Tentar a la suerte

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Samantha

Se había pasado toda la semana dandole vueltas de si había hecho bien aceptando la invitación de Bea o no, cuando llego a su reservado aquella noche y le contó todo lo que había pasado a Mai y Ari, ambas le dijeron lo mismo.

"Tia, esto no es casualidad, el universo te quiere decir algo, tienes que ir si o si, no seas tonta"

Y ella no les había hecho mucho caso, porque eran un par de borrachas a las 4 de la mañana, hablándole de universo, estrellas y destino, cosa que en realidad solo era que tenia mala suerte y que su vida como siempre, era una comedia, pero de las malas, de las que ves por la tele y dices vaya tostón, a cambiar de canal.

Pero Bea le había llamado para asegurarse de que asistiría y al escuchar su voz, mientras le ponía su mejor cara de pena en la videollamada,no se había podido negar, además también le había dicho:

"Venga, por favor, Samantha ven, yo nunca te pido nada, pero esta vez necesito que vengas, me haría mucha ilusión y una cantante en la fiesta es indispensable, además será un fiestón te imaginas que aparece por allí Leonardo Dicaprio" -le dijo mientras le guiñaba un ojo- "todo puede pasar siempre"

Y a ver, estaba claro que no aparecería, que al que tendría que ver, era a su querido hermano, pero al fin y al cabo le había hecho una promesa y otra cosa no, pero era de palabra y sí lo había prometido lo cumplía, asumiendo todas las consecuencias. Así que allí estaba, con un top lencero lila y unos jeans ajustados.

Pues venga, Samantha, a la aventura.

Flavio

Se había dicho así mismo que no iría a la fiesta, porque le apetecía entre nada y menos, sobretodo después de lo de la otra noche, sabia las intenciones de Bea y no le gustaban.

Pero su madre le había amenazado con que era algo que a su hermana le hacia "mucha ilusión" y ya que ella no podía asistir, porque era una fiesta para jovenzuelos, tenia que ir para controlar que Bea tampoco la liara mucho.

Espectacular, un planazo

Entro en el hotel, su hermana había alquilado un ático donde había una terraza enorme con todo decorado al milímetro y con luces que te dejaban prácticamente ciego, el suelo era de madera y había unas vistas increíbles, no lo podía negar.

-¿Así que al final has venido eh?- me dijo Bea con una sonrisa en los labios- remando como siempre a su favor, que bonicos.

-No he venido con esas intenciones para nada Bea, estoy aquí porque mamá me ha obligado, así que no te vengas muy arriba.

-Bueno, lo que tú digas, ella ya ha llegado, esta dentro pillando algo para beber, por si te interesa.

-Pues muy bien- le dije mientras ponía los ojos en blanco- no te va a salir la jugada, esta vez no

-Ya te dije que no me iba a entrometer más Flavio, esto ya es cosa tuya, tampoco estaría mal que fuerais amigos ¿no?

¿Amigos ¿Estaban preparados para volver a ser solo eso?

Para nada, no mientras no le contara la verdad.

Así que así transcurrió la noche, aburrida, había cruzado miradas con Samantha, pero ninguno había dado el paso a entablar conversación y él sin duda alguna no pensaba ceder.

"Así mejor Flavio" se dijo así mismo, pero es que había pasa una hora  y sentía que todos se divertían, menos él y Samantha, que jugaban a ver quién dejaba de mirar al otro primero, desde la distancia.

Spoiler: iban los dos perdiendo.

-Falta hielo- interrumpío Bea sus pensamientos- ¿Flavio puedes ir a por más por favor?

Aprender a Valorar (Flamantha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora