Out. 12 "Sentimientos"

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Pasé todo el día hecha un manojo de nervios, no pude prestar atención en clases, cuando Yu intentaba hablarme era yo quien le esquivaba esta vez; estaba completamente hecha un desastre, además que las dichosas ojeras se notaban lo suficiente. Era, el más horrible de mis días.

Justo entonces ocurrió algo inimaginable, durante las clases había ido al baño, y al volver una carta descansaba en mi silla. La tome entre mis manos, con clara duda.

Me pregunto si se le habrá caído a alguien. Miré a mis alrededores, pero nadie en el salón parecía preocupado por nada, quería preguntarle a Yu, si sabía algo, pero no tuve el valor de llamarlo.

—Aoi, tienes unas ojeras terribles… Realmente ¿paso algo? —Él se había girado hacia mí, por voluntad propia, como acto reflejo oculte la carta entre mi cuaderno.

—Te dije que nada, esto es porque anoche me quede despierta hasta tarde —me costaba confesarle la razón por la cual estaba de ese modo, hablar de mi padre para mí era imposible.

—Está bien.

Me había salvado por el momento, ya que el profesor entro a la clase, y cada quien tuvo que volver a lo suyo. Fuiu, entonces decidí leer la carta.

La misma ponía:

Srta. Nifuji, me gustaría hablar contigo sobre algo ¿Podrías venir a la azotea a la hora del almuerzo?

Eso era todo… ¿Qué? No reconocí esa caligrafía… ¿Quién podría estarme citando? A caso era un duelo, o una confesión. Ahora tenía unas cosas más que hacer, antes de poder unirme a la práctica de esa tarde. Suspire con pesadez, y deje atrás mis preocupaciones para centrarme en la clase que era mi favorita, al menos por esos instantes logre sentirme mejor.

Pero al llegar la hora acordada, todo exploto en mí.

—Debo irme… Antes de.

—Aoi ¿Almorzamos?

¡Antes de eso! Precisamente debía huir de eso…

—¡Oh! Yo bueno, hoy, no tengo para el almuerzo, puedes ir tú, voy a… Hacer unas cosas —Salí huyendo antes de que pudiera contestar.

—Ella está definitivamente extraña.

Subí a la azotea lo más rápido que pude, al principio pensé que tal vez se trataba de una broma, pero más tarde me di cuenta al llegar, que efectivamente alguien me estaba esperando allí. Una chica, sus cabellos ondeaban con el viento, mientras se encontraba de espaldas, mirando hacia los terrenos del equipo de béisbol.

—Si viniste —susurro en voz baja, para luego voltearse y dedicarme una sonrisa, se trataba de Ai-chan, me sentí relajada al verla.

—Ai-chan ¿Esa nota era tuya? No reconocí tu caligrafía.

—Eso es porque lo escribió alguien más —ella se acercó un paso a mí.

—¿Querías decirme algo? —Pregunte con total naturalidad.

—Bueno, la verdad es que si… ¿Sabes? Desde que te acercaste a Miyuki, pasas mucho más tiempo con él, y mirando esas prácticas que conmigo, también estas más cerca de Chris ahora.

—Siempre he estado cerca de Chris.

—Bueno, eso es verdad, pero el punto de esto es que incluso tus días libres, no me llamas, pensé que éramos amigas.

—¡Y lo somos! No me digas que estas molesta por eso.

Ella paso caminando a mi lado, yo me gire para verla a los ojos, pero entonces me empujo, caí contra las rejas de la azotea, ella se vino sobre mí con una mirada cargada de odio. Era la primera vez desde que la conozco, que le veía actuar de esa manera, aun me encontraba en un pequeño estado de shock.

El atrapó mi CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora