Rompiendo sueños

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Los mercenarios se dirigieron hacia Altea tan rápido como sus piernas les permitieron, afortunadamente para ellos, Óscar sabía la ruta y pudieron atravesar el bosque y la montaña en menos tiempo del pensado, en pocas horas llegarían al castillo y comenzaría el plan para rescatar a la princesa Zelda de las temibles garras del príncipe Marth.

No se instalarían en la posada del pueblo, pues sin duda sería arriesgado que los vieran, así que decidieron permanecer cerca del bosque. Habían decidido que lo mejor era entrar al castillo de noche.

-Tenemos que planear una estrategia, no podemos inflirtrarnos así como así en el castillo- afirmó Titania.

-Claro, eso sería prudente- meditó Soren bastante inexpresivo.

-De hecho- intervino Ike. -Pienso que lo indicado es que no vayamos todos... sería muy peligroso arriesgar a la compañía.

-Pero Ike- protestó Mist intuyendo que de nuevo su hermano mayor optaría por prohibirle que fuera.

-Talvez Ike tenga razón, recuerden la profecía del adivino- afirmó Shinnon.

-Cierto, quizá lo que me dijo sobre el peligro en el destino tenga que ver también con ustedes. Así que no los voy a arriesgar- respondió Ike mirando a la compañía.

Gatrie dio un paso al frente.
-¿Estás loco? Vamos a ayudarte con esto, Zelda también es nuestra amiga y estamos muy arrepentidos de haberle mentido, tenemos que arreglar nuestro error.

-Además sería muy peligroso que fueras tú solo, Marth puede estar en la ruina pero tiene varios guardias a su servicio- afirmó Boyd.

-Cierto y al parecer contrató a los hombres encapuchados- recordó Rolf.

-Podrían hacerle algo malo a Zelda- intervino Rhys preocupado.

Ike suspiró.
-Bueno, ya que veo que no lograré convencerlos de quedarse, iremos todos pero por favor, tengan mucho cuidado aún no sabemos qué clase de plan es el que tiene Marth.

-Esperen un momento ¿Cómo piensan que vamos a infiltrarnos en el castillo?- preguntó Link en cuanto se dio cuenta de que las cosas podrían complicarse una vez que comenzaran con el plan.

-Debemos encontrar la manera de burlar a los guardias-

Podremos entrar por alguna de las torres del castillo o incluso por la caballeriza- dijo Titania.

-De acuerdo, andando.

La compañía dejó a los ponis atados a un árbol y tomaron sus armas, un par de cuerdas y tres antorchas. El resto del equipaje se quedó en las carretas.

Era hora de salvar a Zelda.

Ike rogaba al destino porque todo saliera bien, no se perdonaría bajar la guardia de nuevo.

Cruzaron los establos reales sin que nadie los viera, realmente tenían suerte de que hubiera pocos guardias. Sin embargo, aún faltaba escalar una torre y encontrar el calabozo donde sin duda, Marth llevaría a cabo su siniestro plan.

Shinnon ató una de las cuerdas en una flecha y disparó hacia una de las ventanas de una torre alejada. Tras cerciorarse que que estaba bien sujeta, indicó a los demás que treparan por la torre.

Así lo hicieron, uno a uno, la compañía fue subiendo por la cuerda, Titania se encargó de vigilar por si algún guardia aparecía.

Cuando todos hubieron llegado, Rhys sugirió que buscaran algún corredor o pasillo que los llevara hacia los calabozos.

El castillo era enorme, Ike no reconocía nada de la primera vez que había visitado aquel sitio. Examinó la estancia intentando vislumbrar algo que los ayudara a encontrar a la princesa.

Ike x Zelda "Bajar la guardia" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora