Prólogo

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—¿Estás completamente seguro de esto?— pregunta un soldado con ropa de camuflaje a su compañero.

—No deberías preguntarme eso a mí, pregúntaselo al jefe. — responde mientras se escondía detrás de un árbol.

—Le tengo miedo, ¿Porqué quiere matarlo a él? Es una potencia mundial y con hijos— comenta siguiéndole el paso al otro.

—El jefe debe tener sus motivos para hacerlo.

Llegan a la casa, habían burlado a los guardias. Mientras se escondían en los arbustos, planeaban algo para poder entrar sin ser vistos.

—¿Y no podemos dejarlo herido?— pregunta intentando no sacar más su nerviosismo.

— Cállate.

Guardan silencio al ver que tres guardias venían caminando por ahí. Al esperar y ver qué se fueron, uno de los soldados abre la ventana que estaba arriba de ellos y entra. El otro chico se quedó pensando si entrar y continuar con la misión, o dejar a su compañero e irse y así no tener problemas.

—¿Qué esperas? Entra. — lo regaña su amigo.

Estuvieron caminando por un rato, el lugar era grande, demasiado para ser exactos. En el transcurso del camino se fueron encontrando con los niños del enemigo, los pequeños fueron engañados por los soldados para que los guiarán a su padre.

Al estar en frente de la habitación, se podía escuchar tres voces, pero se tuvieron que esconder porque una de esas tres personas se acercaba a la puerta.

—Niños. ¿Qué hacen despiertos a esta hora?— pregunta.

—извините, сэр Мексика, мы помогали некоторым солдатам (Lo sentimos señor México, ayudabamos a unos soldados)— responde el mayor de cuatro hermanos.

—¿Soldados?— cuestiona el mayor, miraba a ambos lados sin ver a nadie más. Suspira. Estaba cansado, así que, antes de irse llevaría a los chamacos a dormir. —Vengan. A dormir.

— ¿Se quedará con nosotros, verdad?— preguntaba una pequeña niña, mientras era cargada por el mexicano.

—Por supuesto, bielo. — sonríe.

[...]

La alarma suena por todo el lugar, México y varios soldados estaban corriendo hacia la habitación del gran y poderoso URSS, alguien le había disparado dejándolo herido, incluyendo a su rival; third Reich. Ambos estaban siendo revisados por doctores.

—Urss, por favor resiste— decía el mexicano llegando junto a él.

—Позаботься о них (Cuídalos) — susurra mientras apuntaba a los menores que habían llegado por todo el alboroto.

—¿URSS?— al no tener respuesta, se preocupa y las lágrimas corrían por sus mejillas.

—¿папа? (Papá) — susurra el mayor de los hermanos.

[...]

—Familiares y amigos del señor URSS— pronuncia una enfermera el español con algo de dificultad.

El mexicano se levanta, los niños lo imitan. La enfermera se acerca a México.

—¿Cómo está...? Bueno, ¿Cómo están ambos?— pregunta.

— Están estables, pero las balas dieron directo a zonas muy peligrosas, haciendo que quedarán en coma— el tricolor se entristeció al escuchar eso, la enfermera al ver que iba a preguntar lo que ya sabía, decide hablar antes: — aún no sabemos cuándo tiempo tarde en despertar. Lo siento.

Se retira. México observa a los niños, les intenta explicar lo que había pasado pero las palabras no salían. Agacha la cabeza.

—Пренебрежение сэр Мексика, я буду заботиться о моих братьях (Descuide señor México, yo cuidare bien de mis hermanos)— le da un abrazo al mayor.

— Prometánme que estarán bien— habla el de sangre azteca.

Los pequeños asienten. México le pide a un soldado que los cuide y eduque como URSS los a educado, el soldado asiente y se retira con los niños.

<<¿Quién habrá mandado a matar a URSS y a third Reich? Quién sabe, pero me las pagará>>— pensó el mexicano antes de irse a su país.

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He aquí el prólogo espero a que le den apoyo, porque trataré que la historia les agrade.

¿Saben quién mando a matar a URSS y a third Reich? Déjenlo en los comentarios

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